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Cuando le fui infiel entendí el daño del refrán «ojo por ojo»

Basado en hechos reales

La traición (a mí misma)

Cuando le fui infiel entendí el daño del refrán «ojo por ojo»… A continuación, te contaré cómo empezó todo.

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Me confesó que me había sido infiel, un fin de semana que me fui con mi hermana a su casa y él se quedó por trabajo.

Una chica con la que dobló turno lo invitó a una fiesta y pasó con ella la noche entera…

Eso significa que cuando me mandó mensaje de que había llegado a su casa, me había mentido, encontró un momento lejos de su compañía para acercarse a mí con palabras en un celular.

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Me dolió su traición y no me justifico, no hay nada que me pueda justificar… Llamé a mi incondicional, a ese «amigo» que siempre está ahí para cuando mi corazón o mi cuerpo lo necesitan, ahora lo llamó mi traición.

Lo había dejado de ver desde hace un año cuando me hice novia de mi ex, pero ahora que me había confesado su infidelidad, sentí la necesidad del ojo por ojo, de hacer lo mismo, de pagarle con la misma moneda.

Lo vi en un hotel de cortinas rojas, a dos cuadras de una avenida en la que se oye más el claxon de los autos que el sonidos del aire mecer las copas de los árboles.

Nuestros besos supieron a cerveza y a despecho, le dije lo que había pasado con la misma boca que después lo besaba por todos lados.

La pasamos bien, el alcohol me ayudó a entregarme al momento pero sin olvidar la voz de mi novio pidiéndome perdón.

¿Perdón? ¡Cómo iba a olvidar su traición! Jamás podría perdonarla, no podría perdonarlo y ahora tampoco podría perdonarme a mí.

Pasé de ser una novia engañada a ser una vengativa…

No me sentí mal por mi ex, me sentí mal por mí, porque me desconocí, porque me dejé llevar por las decisiones del estómago y no por mi verdadero yo.

Por supuesto, él y yo terminamos… La relación no podía seguir él había fallado, yo me había fallado.

Eso del ojo por ojo es peligroso, me desvió un poco del camino, me hizo dudar de mí, porque me quedó claro que todos damos lo que somos.

Si él me dio deslealtad, eso habla de él, de lo que lleva adentro, pero, si yo di venganza y despecho, no quiero seguir siendo eso.

Ahora trabajo en mi perdón y en hacer lo que realmente llevo en mi interior.

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