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Reflexión: Si deja que te vayas, no vale la pena que regreses

No regreses a donde no te valoran

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Te presentamos nuestra reflexión: «Si deja que te vayas, no vale la pena que regreses»

No es un secreto que el amor pone pruebas y en ocasiones una de esas es que el tiempo y la distancia confirmen si lo mejor es seguir juntos o no.

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Sin embargo, el verdadero amor no abandona, no omite, no se resigna… Una vez un amigo me dijo, «el peor enemigo del amor, es la indiferencia», sus palabras me taladraron mi corazón y poco después abrí los ojos.

Es cierto, el amor, o al menos el que esperamos construir cuando queremos una relación bonita, estable y duradera, no permitirá que la distancia se convierta en el final de la historia.

Dice el dicho:

«El que mucho se ausenta pronto deja de hacer falta»

La distancia, si bien puede acomodar las emociones y sanar las heridas, también puede provocar que se enfríe la relación, que uno se acostumbre a la nueva soledad y recuperar los espacios felices que tiene la soltería.

Entonces, si una pareja deja que te vayas, no vale la pena que regreses…

Porque quien está dispuesto a perderte, no merece que te aferres a un futuro a su lado.

Si está dispuesto a correr el riesgo de vivir sin ti, ¿deberías esperarlo? O aún más importante, ¿deberías regresar al sitio donde te dejó?

La respuesta es NO.

Y no porque no lo quieras, no porque no te quiera, pero es una señal de que a su amor por ti le falta fuerza, le falta intención e intensidad, por lo que es una relación que no tiene futuro.

¿Estarías dispuesta a alargar tu amor por él aún sabiendo que él no te corresponde?

El amor es de 2, pero de 2 partes iguales que quieren construir una relación fuerte para que en los altibajos nadie quiera abandonar el barco.

No es fácil encontrar a la persona que tengas nuestras mismas ganas, nuestra misma disposición y nuestras mismas expectativas de vida pero quedarnos con alguien por aferrarnos a lo que idealizamos sin ver lo que los HECHOS sí están diciendo, es tratar de tapar el sol con un dedo.

Sólo queda más que seguir, que dejar ir lo que no es para nosotras, lo que no nos da plenitud, lo que nos limita a amar con condiciones.

No regreses con quien le dio igual perderte, no vuelvas a donde reina el orgullo y la soberbia.

Busca, construye y vive un amor sincero, imperfecto pero real, en donde la prioridad sea la unión y evitar distancias.

Sé feliz con quien también quiere serlo a tu lado.

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