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Ingrid Escamilla, nunca olvidaremos tu nombre

Un caso indignante

DEP

INGRID ESCAMILLA ¡Qué triste es pronunciar el nombre de una persona a la que no conoces y te hubiera gustado ayudar antes de que un cobarde le quitara la vida!

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Este febrero se hizo gris, no importan las hermosas lunas que la noche nos ha regalado, no importa el Día del Amor y la Amistad, nada tiene importancia cuando nos enteramos de la atroz, imperdonable y estúpida elección de un hombre que es no sólo matar a su pareja, sino desollarla.

Nada tiene sentido cuando en redes soci ales nos dan «Likes» o retweets, y al mismo tiempo, se difunden las imágenes tan tristes e indignantes de la forma en la que te arrebataron la vida.

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¿Sabes, Ingrid?

Según lo que ha dicho tu atacante, en la discusión, tú lo amenazaste, le dijiste que lo matarías, lo heriste y golpeaste, y por fuerza, él te quitó el cuchillo, te amenazó, te apuñaló, te cortó el cuello, él lo hizo efectivo; te quitó la vida.

Pero que no se olvide, en 2019 habías puesto una demanda ante la procuraduría capitalina por violencia…

No te juzgo si seguías con él, salir de relaciones tóxicas y de codependencia no es fácil, evidentemente estabas en una relación de esas que te oscurecen la vida y terminaron por quitártela.

Tú tenías 25 o 26, tu cuenta de Twitter es como la de cualquier otra persona, las selfies que se han viralizado muestran a una mujer que ama la vida, tu agresor, y tu asesino confeso tiene 46 años, un hijo de 15, un adolescente con autismo que presenció toda la pelea, o eso dicen los diarios.

Después de haberte dejado sin pulso, «por vergüenza, miedo», fue lo que Francisco respondió a un policía cuando le preguntaron el porqué te había desollado.

El cobarde, tuvo miedo…

Pensó que al «hacerte cachitos» podría deshacerse de ti, pero su conciencia no lo permitió. La cobardía puede tener consecuencias horribles.

Le habló a su exesposa, le dijo la canallada que había hecho y, según los medios, fue esta mujer quien alertó a las autoridades, acudieron a tu casa y ahí lo detuvieron, aún con sangre en el pecho. ¡Qué bueno que lo arrestaron!

Hoy te conozco, me dueles, siento tu partida y la vil manera en la que te profanaron tu cuerpo, pero hoy, todos los ojos están sobre él, no sé si la condena que le toque te haga justicia, no creo que haya condena que valga.

No pondré fotos de tu cuerpo sin vida, pero recordaré tu muerte y tu nombre para que, si en algún momento se cruza en mi vida una mujer que necesite apoyo, pueda ayudarla de la forma en la que sea posible.

Viralizar tus fotos sería horrible, pero que se conozca el rostro de tu asesino. Ni piedad, ni perdón para él.

Ingrid Escamilla, muchos somos los que pedimos justicia.

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