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Reflexión: Así viví como un día normal el 9M, “Un día sin mujeres”

#NiUnaMenos

#NiUnaMás

Ayer, 9 de marzo de 2020, fue como vivir un episodio de alguna serie apocalíptica, y no exagero, todos los medios de comunicación hablaban de la ausencia de las mujeres, no sólo la calle estaba desértica, mis redes sociales, la radio y la televisión me recordaban que no era un día cualquiera.

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Esto fue lo que reflexioné durante el Paro Nacional: “Un día sin mujeres”

En Hey Hey Hello acordamos que yo trabajaría, para mí sería un día normal, quiero aclarar antes de todo, que apoyo la causa, pero sentía una gran inquietud y responsabilidad de documentar la ausencia de todas las mujeres que se sumarían al paro nacional.

Hice, desde mi escritorio, lo que pude para apoyar de otra manera, sólo escribí contenidos relacionados a la violencia, a la marcha del 8M y a los feminicidios, además de otros gestos más pequeños como vestirme de morado, usar un marcatextos morado, marcar con morado nuestro calendario editorial.

En verdad quería ver qué pasaba en «un día normal» para mí, pero sin ELLAS. Esto fue lo que pasó:

Un día sin mujeres

Para comenzar, de lunes a viernes, por las mañanas a las 7:00 am, prendo la radio en 88.9 noticias, ahí cada 15 minutos una mujer nos da los reportes del tránsito, su voz no estaba.

Mientras escucho las noticias me baño, me arreglo y hago el desayuno, a las 8:00 am, me gusta apagar el radio y empiezo ver otro noticiario, De pisa y corre, en Imagen TV.

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El conductor, Nacho Lozano, se veía raro, pensé que estaba enfermo, pero él lo explicó, Nacho Lozano lo explicó, sus maquillistas no habían ido a trabajar, estaba despeinado y se le notaba la falta de maquillaje, eso era lo que lo hacía ver diferente.

Me encantó que en su programa él recorriera los lugares de las mujeres desaparecidas y hablara de lo que no tendría el programa porque ellas estaban ausentes.

Míralo tú:

Después comencé a trabajar, hice home office, estaba sola en casa y sola en mis redes sociales, según mis cálculos, puedo decir que 98 de 100 contactos mujeres que tengo, no estaban conectadas.

Sus últimas publicaciones eran de antes de media noche, algunas avisaron que se retirarían por un día de su red social, otras simplemente cambiaron sus fotos de perfil.

Algo que noté es que en esto también llegaron a participar hombres. No me incomodó, pensé que es una forma de solidarizarse.

¿Y mi trabajo?

No pude hablar con mi equipo de trabajo, no estaban conectadas y al hacer home office, no sabía nada de ellas, sus últimas conexiones a redes sociales marcaban más de 10 horas.

Tuve problemas técnicos en mi trabajo, me aparecía un error para conectarme al sitio para comenzar a escribir, la persona a la que suelo llamarle en estos casos no estaba en línea, nadie podría ayudarme en ese instante.

Afortunadamente, el error se solucionó solo, sí, solo, quizá le daban mantenimiento a la página y no había sido avisada.

Para mí, en un día normal, reviso el calendario editorial para ver los temas del equipo y de qué van escribiendo, para este momento yo era la única conectada.

El equipo no había escrito sus temas, todo estaba vacío.

Al no saber de ellas tuve que trabajar a marchas forzadas para cubrir lo que más pudiera, no fue fácil, no tuve a nadie para consultar y sí más trabajo encima.

Trabajé rápido, me estresé un poco, el equipo no estaba completo y eso me alteró.

Su ausencia no sólo fue más trabajo, fue no tener con quién hablar, con quién discernir, con quién comer, compartir, reflexionar, reír, distraerse, solucionar problemas, ponerse creativa, hacer lluvia de ideas…

Y sí era pensarlas, extrañarlas, imaginarlas en sus casas, ¿haciendo qué? ¿sanas? ¿a salvo?

Por otro lado

Mi mamá me llamó preocupada, mi hermana no contestaba los whatsapps, ni siquiera le llegaban, ella se sumaría determinantemente al paro, se quedaría en casa pero apagaría el módem…

Mi mamá no recordaba que nos lo había comentado y tuve que tranquilizarla, su angustia era real, aunque yo sabía que podría dormir tranquila pues su hija estaba a salvo. Esa reflexión me dolió, no pude evitar pensar en otras mamás que sólo se desprenden de esa angustia cuando la cambian por dolor al hallar el cadáver de su hija.

Así transcurrió mi día, sin ellas, sin mi hermana, sin mi equipo editorial y… sin mis lectoras.

Los números de visitas a nuestro sitio cayeron, estábamos en números rojos, ¿de qué servía lo que estaba escribiendo si no estaba siendo leído? ¿De qué servía que yo estuviera trabajando si USTEDES, que son el motor de Hey Hey Hello, estaban desaparecidas?

Quizá, quienes no se desconectaron de Facebook, pudieron leernos, pero estuvimos en números rojos y eso se verá reflejado en nuestro historial de visitas del año.

Pero más allá de que no nos hayan leído, ¿qué haríamos si ustedes hubieran desaparecido? ¿Qué dolor había llegado a su familia? ¿Cuál resignación para sus seres queridos? NADA, sólo impotencia, frustración, coraje, ira, odio, se tendría.

***

Las calles, el transporte, las tiendas departamentales, la televisión, la radio, las redes sociales y todo México, proyectaron la importancia de la presencia de las mujeres.

Su ausencia se dio a notar, Vivas las tenemos, Vivas las queremos.

Sí, #NiUnaMás, todas queremos salir a la calle y no sentirnos inseguras.

¡Ya basta!

Estamos hartas de poner un pie fuera de casa para comenzar a estar en alerta, de que alguien no nos siga, de que alguien no nos chifle o nos toque, de que alguien no nos mire de forma lasciva, de que no nos secuentren y nos quiten, además de la ropa y las pertenencias, la vida.

La lucha sigue, hablemos con nuestras hijas, sobrinas, conocidas, vecinas, hijas de amigas, mamás, abuelas, tías, primas, amigas, vecinas…

Empecemos en nuestras casas, hagamos vínculos fuertes, solidarios; eduquemos con valores, respeto, tolerancia y dignidad; convivamos con amor, hagamos hogares más sanos.

La lucha sigue, no termina, veamos la historia, llevamos décadas peleando por tener las mismas oportunidades que los hombres y lo hemos ido logrando, pero aún falta muchísimo.

No tendría que pedirse, pero ahora tenemos que exigirlo: ¡Que nos respeten vivas y muertas! Que nuestro cuerpo y nuestra ropa no sea justificación para delitos.

Basta de saber que en casa ajena hay velorio porque encontraron el cuerpo de una más, golpeada, violada y asesinada.

No queremos que llegue la tristeza a nuestras casas, queremos llegar sanas y salvas, no adentro de una caja.

Que las autoridades hagan cumplir la ley y garanticen la seguridad para todos y nosotros luchemos día a día en formar una sociedad que no esté podrida.

¡Ya basta! #NiUnaMenos

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