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Una analogía sobre la masturbación es la forma perfecta para explicar el consenso

Porque cuando lo sacas del terreno sadomasoquista la gente se confunde

Porque cuando lo sacas del terreno sadomasoquista la gente se confunde

El consenso es un término que ha generado mucha polémica en los últimos años, desde que entendimos que no sólo aplicaba al sadomasoquismo.

Además de estar relacionado con temas de equidad de género y violencia hacia las mujeres, la palabra nos sigue haciendo mucho ruido.

Aunque pudiera parecer algo muy simple (si quieres hacerlo está bien, si no, no) en la práctica estas líneas pueden quedar un tanto difusas.

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Muchas personas han intentado explicarlo usando diferentes analogías pero la verdad es que ésta, utilizada por una comediante de Los Ángeles, nos pareció de lo mejor (y más claro) que hemos visto.

Les presentamos a Teresa Lee y ella nos explica qué es el consenso usando la masturbación como referencia. Lo van a amar…

Para las que no tienen oportunidad de ver el video, aquí se los explicamos, porque es tan bueno que todas deberíamos escucharlo:

Lee empieza presentándonos un escenario: “Llego a casa después de un largo día de trabajo, un poco horny. Decido meterme a la cama con mi mejor amigo vibrador… ¿Qué pasa si, a la mitad del asunto, decido que ya no quiero?

“Si no quiero terminar, no voy a terminar. No te vas a forzar a ti misma a hacerlo… Debería ser exactamente igual cuando estás teniendo relaciones con otra persona”.

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Siguiente escenario muy realista

Lee continúa con un segundo escenario en el que empiezas a masturbarte pero luego te das cuenta de que tu vibrador ya no tiene batería, entonces decides dejarlo para otro día.

Digamos que estás con alguien y van a usar condón. Los 2 están en el mismo canal: sexo + condón. Si una chica quiere tener relaciones usando un condón y el chico la fuerza a tenerlas sin condón, ¡eso es violación!

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Totalmente de acuerdo… Queda claro.

Tercer escenario… Para los que aún no lo entienden

Digamos que un chico quiere usar lubricante para masturbarse porque sus manos están llenas de callos o lo que sea… El caso es que quiere usar lubricante y punto. Si de repente cambia de opinión, sólo guardará su pene y listo, lo dejará para otro día. ¿Ven qué fácil es decirte que no a ti mismo cuando no quieres lastimar tu pene con tus callos? Así de fácil debería de ser para cualquiera.

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Lee termina invitando, amablemente, a todos los chicos a tratar con el mismo respeto a sus parejas o a cualquier persona con la que vayan a tener relaciones sexuales.

¿No sería increíble que, si ella dice que no, tu te retires fácil y tranquilamente, tratándola con el mismo respeto con el que tratas a tu cuerpo?”.

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Esta es la analogía más realista y sencilla que hemos encontrado. Lo mismo que aplicaría cuando estás solo o sola, aplica cuando estás acompañado.

Se vale cambiar de opinión a la mitad, o casi al final. Se vale decir que no. Se vale empezar y no terminar. Todo se vale… Menos hacer lo que el otro no quiera. Así como nosotras no forzaríamos a nuestro chico a terminar cuando él no quiere, nadie debe forzarnos a nosotras a terminar cuando no queramos.

Es así de simple.