Hacemos lo que sea para escapar de una realidad que nos cuesta enfrentar, y que además nos impide sentirnos con comodidad, calidez y estabilidad.
Y, por supuesto, eso incluye beber y ¡comer! toda clase de alimentos que nos proporcione un placer momentáneo.
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Si no ¿por qué crees que corres tras ese chocolate blanco o esa bebida de starbucks con casi 500 calorías después de una tarde de estrés y presión?
Si te sientes identificada con esta situación, lo más seguro es que estés utilizando la comida como una forma de calmar tus ansias y dificultades emocionales.
Y aunque es difícil romper con esos hábitos, incluso después de identificarlos, hay algunos trucos que te permitirán mantener tu alimentación bajo control.
Entonces, te presentamos varias estilos de alimentación y consejos que necesitas para superarlos…
1. Emocional:
Eres una consumidora emocional cuando lo que llevas a tu boca está estrechamente ligado con lo que sientes.
Así, aprendes a celebrar los momentos de felicidad con la comida; y cuando las cosas salen mal, también te consuelas con la comida.
El problema es que la comida no resolverá las dificultades que encuentres en tu vida, sino que te creará otra más.
Si te sientes identificada con este hábito, lo mejor será comenzar un diario en el puedas anotar lo que comes y qué sentimiento tienes en ese momento.
De esta manera puedes identificar qué es lo que realmente necesitas para alimentarte, y qué está sirviendo como refugio para olvidar tus bajas emocionales.
2. Habitual:
Los consumidores habituales son aquellos que por cuestiones de tiempo y responsabilidades no tienen un apetito normal y, por lo tanto, no comen lo que deberían para mantenerse saludables.
Ellos saben cómo comer bien y hasta realizan ejercicios de manera regular, pero su vida agitada y poco organizada, le impide llevar la alimentación balanceada que su cuerpo merece.
Lo ideal es organizar los horarios de alimentación y planificar los menús diarios, con proporciones adecuadas, alimentos nutritivos y que sean prácticos de trasladar o consumir.
3. Externo:
Eres un consumidor externo cuando cedes con un sí a cualquier antojo alimenticio.
Es decir, tu apetito se activa al pasar por una pastelería y ver los cupcakes, o quizás al ver la publicidad de alimentos u ofertas de restaurantes.
Lo ideal es evitar estas distracciones con otro tipo de pensamientos, así como alejarte golosinas y dulce, e intentar tener a la mano alimentos bajos en calorías y que sean nutritivos.
Por ejemplo, te recomendamos tomar un vaso de agua cuando sientas este tipo de ansiedades.
4. Crítico:
Eres un consumidor crítico cuando siempre estás pensando en las dietas, y éstas hasta se convierten en una especie de religión.
Por lo general, estás evaluando cada producto o alimento que llevas a tu boca, y te obsesionas con saber sus ingredientes hasta un punto que te produce placer.
Lo ideal es que intentes ser menos rígida con tu alimentación, y en vez de estar constantemente pensando en lo que no debes comer, decidas llevar una vida saludable y en equilibrio donde también se puede consentir el paladar.
5. Sensual:
Eres un consumidor sensual cuando te animas a probar todo lo que encuentras a tu paso, y las comidas desconocidas e intrigantes te causan cierta emoción.
Por lo general, tu cuerpo lleva un exceso de peso porque tu capacidad de discernir entre lo que necesitas y lo que deseas no existe.
Lo ideal es que comas de espacio y le permitas a tu cerebro procesar la sensación de saciedad. También sería recomendable tomar un vaso de agua antes de cada comida y servir porciones pequeñas en tu plato.
6. Con energía:
Son aquellos que «escuchan su hambre», es decir, suelen comer más carbohidratos de acción rápida (pan, galletas, barra de granolas) y por lo tanto consumen mucha más energía de la que necesitan.
Lo trágico es que cada vez que consumen este tipo de alimentos, elevan su producción de insulina y el cuerpo parece tener más hambre.
Lo recomendable es que lo que te gusta comer sen distribuido de manera equitativa, y combinados con otros nutrientes, en las 3 comidas del día.
¡Cuéntanos con cuál de estos estilos de alimentación te identificas!