Si el proceso de selección para un empleo nos llena de impaciencia, quién y cómo será nuestra jefa nos angustia hasta límites insospechados.
Comenzamos a imaginar desde los mejores escenarios hasta los peores que pueden resultar una verdadera pesadilla.
Nos imaginamos que si las cosas van realmente mal, nuestra vida podría llegar a ser insatisfecha como la de Edward Norton en «Fight Club» o tan estresada como la de Anne Hathaway en «The Devil Wears Prada»
Pero en este último escenario, tener que obedecer las órdenes Miranda Priestly, no necesariamente es tan mala como pensamos en un primer momento y aquí te decimos el por qué…
1. Te motivarás a exigirte más
Si tu jefa no se muestra completamente satisfecha con tu desempeño, así sea por detalles, te esforzarás por aprender rápido lo que aún desconoces, a ser más creativa para sorprenderla con propuestas que contribuyan a sacar adelante el trabajo, incluso a asumir retos que temías pero que no queda otra opción si quieres conservar tu empleo.
2. Aprenderás a controlar tus emociones
¡Algo así como a prueba de balas! Aprenderás a confiar tanto en ti misma, que cualquier ofensa o dudas de tus capacidades por parte de otra persona no será suficientes para que colapsen tus emociones, ni mucho menos te aparten de tus objetivos de vida.
3. No dejarás que nadie influya en ti
Escucharás las opiniones y críticas de las otras personas sobre tu estilo e incluso sobre tu personalidad, pero ninguna te llevará a dudar de ti ni a acomplejarte por quién eres, cómo luces y las cosas que has logrado hasta ahora.
4. No todo es tan ideal como parece
Muchas veces tenemos altas expectativas por algo, un empleo o un galán que nos parece ideal, pero que en realidad no es lo que realmente nos puede hacer feliz. Entendemos, entonces, que aunque hay cosas que incluso deseamos en un primer momento, no es lo mejor para nosotras y mejor será dejarlo pasar.
5. Hay que ser fiel a nuestro talento
Esta bien aceptar un empleo para pagar nuestras deudas y necesidades, pero nunca estará bien permanecer por mucho tiempo allí y más si ya te diste cuenta que no encontrarás en ese empleo la satisfacción profesional que siempre imaginaste.
6. Hay que buscar siempre un apoyo o guía
Si no sentimos perdidas es de mucha utilidad encontrar a alguien que nos enseñe de manera rápida algunas estrategias claves para sobrevivir al empleo y a la que podemos imitar (en principio) para que los días de aprendiz no sean un verdadero dolor de cabeza.
Además, por lo general necesitamos de otras persona para que nos hagan conscientes de algunos errores que cometemos, y que no suelen ser tan evidentes para nosotras mismas.