Ver en tu teléfono el número de la escuela de tus pequeños sólo puede significar 2 cosas: o están enfermos o se portaron mal.
Cuando te llama la maestra o la directora para decirte que tu pequeñín hizo alguna travesura se nos puede cerrar el mundo. Sentimos una mezcla de vergüenza y enojo, sobre todo si la situación involucró a más niños o si tu hijo hizo algo verdaderamente reprobable.
Entonces aquí estás, manejando hacia la escuela para recibir el reporte completo de la travesura mientras te construyes miles de teorías de lo que pudo haber pasado y, siendo sinceras, nos inclinamos más hacia el lado de creer que no fue culpa de nuestro hijo.
Mientras estás en camino trata de recordar estas 3 cosas que debes hacer cuando recibes esa terrible llamada:
1. Considerar a todos los involucrados
Sabemos que es difícil escuchar a los maestros hablar de las malas acciones de nuestros hijos, pero una vez que llegues deberás escuchar todas las versiones de la historia: la de los maestros, la de los otros niños y la de tu hijo.
Y todas tendrán una parte de verdad y todas deberán ser tomadas en cuenta. No saques conclusiones hasta que hayas escuchado a todos, incluido a tu pequeño. Trata de hablar con él a solas, después de escuchar lo que dicen los maestros. Apártalo de sus compañeros y hazle saber que puede hablar contigo, que estás dispuesta a escucharlo y que sabes que te dirá la verdad. Si creas ese círculo de confianza con tus hijos será más fácil que llegues al fondo de la situación y puedas entender realmente lo que pasó.
2. Respetar el castigo que la escuela imponga
Es muy importante que los niños entiendan que sus acciones tienen consecuencias, y que aunque lo que pasó pudo no haber sido su culpa, de cualquier manera habrá un castigo que se deberá cumplir.
Aunque estés completamente segura de que tu peque es inocente, si la escuela determinó un castigo para su travesura necesitas respetarlo y reforzarlo en casa para que tus hijos entiendan que las figuras de autoridad son importantes y deben ser respetadas.
Cuando estés en casa puedes decirle que entiendes que la situación no fue su culpa o que crees que pudo haber hecho las cosas de diferente manera, pero que de cualquier manera habrá consecuencias y se deberá respetar el castigo impuesto.
Recuerda que los maestros y directores son tus aliados, no tus enemigos.
3. Enseñarle a vivir con las consecuencias de sus acciones
Los castigos sirven para que los niños se hagan responsables de sus errores y aprendan de ellos, pero es muy importante que hables constantemente con ellos para que sepan que pueden confiar en ti y que, aunque estés enojada y haya consecuencias graves, la comunicación no se verá interrumpida.
Algunas travesuras de nuestros hijos son una llamada de atención hacia algo que los enoja o los frustra o los aburre. Esta es una excelente oportunidad para saber si hay algo más de fondo que puedas corregir.
Encontrar la raíz de su comportamiento te ayudará a planear estrategias para mejorar su actitud, tanto en casa como en la escuela.
Ser un buen papá significa tomar estas oportunidades para corregir una mala actitud o una mala acción de una manera amorosa para que el resultado sea un aprendizaje de vida. No trates de justificarlos o de encontrar escusas para un mal comportamiento, mejor busca el origen y aprovecha para corregirlo.