Lo sabemos, crees que él es el amor de tu vida y por eso, dejas pasar muchas bandejas rojas y no ves que estás romantizando su mínimo esfuerzo.
Te estás aferrando a creer que con el tiempo cambiará y te dará el amor que mereces, incluso que, te está dando mucho y que, a veces, le exiges más de la cuenta, pero te equivocas.
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Porque si ves como “algo especial” lo mínimo (como que te escriba de vez en cuando o sea medianamente atento), puedes quedarte atrapada en una relación donde das mucho más de lo que recibes.
Te mantienes en una zona cómoda pero estancada. Al romantizar el poco esfuerzo, dejas de aspirar a una relación sana, recíproca y madura, y te convences de que lo mínimo es suficiente.
Al aceptar lo mínimo como algo grandioso, le enseñas (sin querer) a tu pareja que no necesita esforzarse más. Esto puede hacer que la relación se vuelva cada vez más unilateral.
Por esto, si quieres que tu relación no caiga en esto, debes evitar estas acciones que no te están ayudando en nada.
Señales de que estás romantizando el mínimo esfuerzo de tu novio
1. Le aplaudes por lo más básico.
Te emociona que te conteste un mensaje sin dejarte en visto por horas. Incluso, celebras que te pregunte cómo estás, como si fuera un gesto excepcional.
Dices cosas como: “Al menos no me trata mal” o “nunca me ha pegado” (cuando eso es simplemente lo mínimo).
2. Justificas su falta de compromiso.
“Es que no le gusta demostrar lo que siente, pero sé que me quiere”, “no tiene tiempo porque está muy ocupado, pero yo entiendo”, “él no es de dar detalles, pero un día me trajo una flor y eso vale más”.
Te está dando lo mínimo y tú crees que es lo más valioso del mundo, no te das cuenta de que ni siquiera se está esforzando por darte lo que mereces.
3. Idealizas momentos esporádicos como si fueran constantes.
Si una vez te llevó al cine o te cocinó, lo usas como prueba de que “sí se esfuerza”, aunque no vuelva a hacerlo en meses.
Pareciera que te encanta llenarte con las migajas que te da.
4. Te comparas con otras relaciones para justificar.
“Al menos no me engaña como el novio de mi amiga”, “sé que no es perfecto, pero hay peores”, “tan siquiera no estoy solo como Fulanita”.
No te das cuenta de que con estas frases te estás conformando con muy poco, porque te están dando menos de lo que mereces y de lo que tienen esas personas con las que justificas tu relación.
5. Tienes miedo de “pedir demasiado”.
Te preocupa parecer exigente si quieres más atención, cariño o detalles. Sientes culpa por desear reciprocidad o gestos afectivos constantes.
Haz romantizado demasiado su mínimo esfuerzo, que ahora temes pedir más por miedo a que él se aleje y te deje por alguien que sí se conforme con poquito.
6. Tú das mucho más de lo que recibes.
Planeas sorpresas, estás siempre disponible, apoyas, escuchas y él da lo mínimo. Justificas la diferencia como que tú “amas más intensamente” o “eres más detallista”.
Incluso, te encanta decir que a él no se le dan esas cosas, pero que sabes que te ama de verdad.
Tus frases favoritas son: “Él es seco, pero a su manera me quiere”, “no lo dice, pero lo demuestra a su estilo”.
¡Ojo con esto!
Si te identificas con varias de estas señales, no es para culparte, sino para invitarte a reflexionar.
El amor no debe sentirse como mendigar migajas. El cariño real se demuestra con constancia, atención y reciprocidad, no con esfuerzos mínimos ocasionales.
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