Equilibrar la maternidad con una carrera y la vida personal puede ser un desafío, pero con planificación, flexibilidad y algunos ajustes, es completamente posible hacerlo de manera saludable.
Lo sabemos, ya estás ahí y crees que jamás podrás lograrlo o que hoy te estás enfrentando a sinfín de obstáculos, pero debes ver que solo es un mal momento.
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Porque no se trata de hacer todo de forma perfecta o al mismo tiempo, sino que debes equilibrar las cosas para que jueguen a tu favor.
A continuación, te damos algunas estrategias que van a ayudarte a obtener este balance y a que no sueltes tus sueños ni vida por ser mamá.
Tips para equilibrar tu maternidad con tu carrera y tu vida personal
1. Establece prioridades claras.
A veces, el estrés y el fracaso viene de tratar de hacer todo a la perfección. Por esto, necesitas identificar tus prioridades (familia, trabajo, salud, amigos). Esto te ayudará a tomar decisiones más claras.
No puedes hacer todo, y está bien. Es importante reconocer tus límites y no comprometerte con más de lo que puedes manejar.
2. Organiza tu tiempo de manera eficaz.
Organizar actividades diarias (trabajo, tiempo con la familia, tiempo personal) en bloques de tiempo específicos puede ayudarte a sentir que tienes todo bajo control.
Usa los tiempos que parecen no ser tan productivos (como cuando tu hijo está tomando una siesta o cuando estás esperando en una cita) para hacer cosas pequeñas que te ayuden a avanzar en tus tareas.
3. Delega tareas.
Si tienes pareja, amigos o familiares cercanos, no dudes en pedir ayuda. Delegar tareas domésticas o responsabilidades familiares puede aligerar tu carga y darte más tiempo para ti misma.
Si tu presupuesto te lo permite, contrata ayuda para ciertas tareas (como limpieza o cuidado infantil) puede liberar tiempo para que te concentres en tu carrera o en descansar.
4. Establece límites claros en el trabajo.
Si trabajas desde casa, es crucial separar los espacios de trabajo de los espacios familiares. Establece límites claros para evitar que el trabajo se mezcle con la vida personal.
Usa la tecnología a tu favor, es decir, herramientas de productividad como calendarios compartidos, aplicaciones de gestión de tareas o recordatorios pueden ayudarte a organizar tu jornada laboral sin comprometer otros aspectos de tu vida.
5. Tiempo de calidad con la familia.
Aunque no siempre puedas estar disponible, procura estar presente y concentrada cuando estés con tus hijos o pareja. Esto crea una conexión fuerte sin necesidad de pasar horas continuas juntos.
Incluso, tener pequeños rituales o rutinas familiares (como cenar todos juntos, leer antes de dormir, o salir a caminar los fines de semana) puede fortalecer los lazos sin ocupar todo tu tiempo.
6. Cuida de ti misma.
No descuides tu salud mental y física. El autocuidado es esencial.
Por esto, dedica tiempo para ti misma, ya sea para hacer ejercicio, leer, meditar o simplemente desconectar. Si no te cuidas, será más difícil cuidar de los demás.
7. Comunicación.
La comunicación abierta es fundamental. Así que, habla con tu pareja sobre cómo pueden apoyarse mutuamente para equilibrar las responsabilidades familiares y laborales.
Si necesitas ayuda o tiempo para ti misma, no dudes en pedirlo. A veces, un pequeño apoyo puede hacer una gran diferencia.
8. Flexibilidad y aceptación.
Habrá días en los que el trabajo no se haga, el tiempo familiar no sea lo esperado, o el autocuidado quede en segundo plano.
Y debes saber que el equilibrio no es algo fijo. Habrá momentos en los que necesitarás concentrarte más en tu trabajo o en tu familia, y otros en los que deberás cuidar más de ti misma.
9. Ten expectativas realistas.
A veces, al intentar equilibrar todas las facetas de la vida, podemos sentir que debemos hacerlo todo bien. Es importante tener expectativas realistas sobre lo que puedes hacer en un día.
No necesitas ser la “súpermujer” que todo hace y resuelve, y está bien pedir ayuda cuando lo necesites.
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