En ocasiones, somos una mala persona, le hacemos daño a personas que queremos y sacamos lo peor de nosotras.
Sin embargo, vemos nuestro error y lo corregimos, nos disculpamos y hacemos un cambio para volver a ganar la confianza de esa persona y no volver a cometer ese tipo de equivocación.
Te recomendamos:
3 formas en las que puedes ser recompensada en tu trabajo
Si él te dice esto, es momento de salir corriendo de esa relación
¡Échale un ojo al Facebook de Hey Hey Hello! 😉
Pero, lamentablemente solo vemos que somos una mala persona cuando herimos a alguien más y no somos capaces de ver cuando nosotras mismas somos nuestra peor enemiga.
Hacemos cosas sin darnos cuenta que nos estamos haciendo daño y lo peor es que lo dejamos pasar o cometemos ese error una y otra vez.
Creemos que la vida, el destino o alguien más nos está lastimando, cuando realmente somos nosotras mismas quienes nos estamos poniendo el pie.
Por esto, si estás en camino a cuidar de ti y trabajar en tu amor propio, debes darte cuenta de esas situaciones en donde eres mala contigo, para que las cambies y comiences a brindarte el trato que mereces:
7 momentos en donde eres mala persona contigo misma
1. No te permites ser quien eres.
Siempre estás buscando la validación de otras personas y crees que debes cambiar para complacerlos.
Por lo que has decidido ser menos tú para que te acepten o modificarte para caer bien. Y esto solo demuestra que no tienes nada de amor propio, porque te haces chiquita y no dejas salir tu verdadera personalidad.
2. Miniminzas o criticas tus logros
Ya sea que desprecies tus cualidades o que minimices tus talentos y habilidades. Te has convertido en tu peor enemiga, porque no confías en ti.
Pero lo peor viene cuando solo te quejas de ti misma, de lo que te falta o de lo que necesitas, pero no haces ningún cambio importante.
Pareciera que solo te gusta odiarte o reclamarte cosas.
3. Te rodeas de personas malas para ti.
Te estás aferrando a lo tóxico, a todas esas personas que se aprovechan de ti, te manipulan, usan y desechan.
Incluso, a aquellas que te orillan a ser más mala contigo misma. Y todo porque has puesto tu fe y energía en recibir algo que sabes perfectamente que nunca te darán.
Solo estás perdiendo tu tiempo, amor propio y dignidad al lado de esas personas.
4. No pones límites.
Eres mala contigo porque permites que todo el mundo abuse de tu confianza y de lo que sientes por ellos.
No pones límites y crees que ellos los pondrás o te respetarán, pero eso no pasará, porque eres tú quien debe decirles hasta donde es bueno y hasta donde no deben llegar.
Pero mientras sigas complaciéndolos y dejando que hagan lo que quieran contigo, la historia continuará.
5. Eres grosera contigo.
Y sí, nos referimos a la forma en la que te hablas a ti misma. Porque no solo haces cosas que te lastiman, también te llenas de palabras negativas.
En donde eres cero empática y amable contigo misma, y solo te enfocas en ver tus errores y en pensar que no eres suficiente.
Pero eso sí, dejas pasar las groserías que los demás tienen contigo, porque crees que no es su culpa, sino tuya.
6. No expresas lo que sientes.
Crees que quedarte callada es la única opción que tienes, porque si hablas los demás se enojarán contigo o vivirás un momento incómodo.
Pero debes saber que de esta forma no te estás ayudando, solo te pones el pie. Porque mientras sigas guardando silencio, solo recibirás migajas y nadie te brindará lo que realmente mereces.
7. Renuncias a lo que deseas.
Ya sea para complacer a tu pareja, porque alguien te hizo pensar que no tienes lo suficiente o porque crees que no es el momento indicado.
Te dejas para después o hasta que alguien te dé la oportunidad, pero eso no pasará. Porque a los demás les resulta favorable que te dejes al último para atenderlos.
Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram y TikTok.