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7 señales de que tienes el Síndrome de Wendy

No es tu responsabilidad complacer

Pero cuidar de ti misma, sí

Hace poco te hablamos del Síndrome de Peter Pan

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, en donde tu pareja es un eterno adolescente, pero en esta ocasión queremos hablarte del Síndrome de Wendy.

Lo padecen las personas (principalmente mujeres) que tienen la necesidad de satisfacer a los demás. Sobre todo a su pareja, familiares, hijos y amigos.

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La persona que sufre del Síndrome de Wendy se olvida de sí misma y se enfoca en complacer en todo momento.

En la mayoría de los casos se hace de una forma inconsciente y porque se tiene miedo al rechazo o abandono, hay baja autoestima, una necesidad de seguridad y dependencia emocional.

Tal vez, creas que no es tu caso, porque solo quieres brindarle lo mejor a los demás, sin embargo, si necesitas apagarte para que otros brillen, no es la opción correcta.

7 señales de que tienes el Síndrome de Wendy

1. Necesitas hacer feliz a los demás.

No es que te nazca verlos feliz, es que sientes que es tu obligación agradar, satisfacer, cuidar y proteger a las personas de tu entorno.

Te enfocas en su felicidad y te olvidas de la tuya.

Incluso, en más de una ocasión has tomado el rol de madre y tratas a los adultos como si fueran niños pequeños que debes procurar.

Película Peter Pan

2. Eres insegura.

No confías en ti, por esto, buscas que la otra persona sea dependiente de ti para que te sientas útil, además así evitas que te abandonen o rechacen.

Tu autoestima te hace creer que necesitas complacer para que otros te aprueben y se queden a tu lado, pero se equivoca.

3. Te guardas lo que sientes.

En todo momento te debes quedar callada, para verte bonita y no causar conflictos o importunar a las otras personas.

No puedes expresar molestia e inconformidad, porque no quieres perder puntos con las demás personas o que se alejen de ti porque no puedes cumplir con el rol que te han impuesto.

4. Eres imprescindible.

Sientes que no puedes soltar a las otras personas, porque en algún momento van a necesitarte y debes estar ahí para cualquier cosa.

No importa la hora ni el día y menos si estás ocupada, dejas todo para ir a ayudar.

Pero si te sigues olvidando de ti misma, nadie te dará la ayuda que tú mereces y estás brindando.

5. Asumes responsabilidades.

Te gusta “ayudar” a otras personas y te haces responsable de sus acciones y decisiones.

Pero una cosa es hacer un favor de vez en cuando y otra muy diferente, asumir responsabilidades que no te corresponden en todo momento.

Tal vez, no te has dado cuenta, pero la otra persona se está aprovechando de tu bondad.

6. El amor es sacrificio.

Te has engañado a ti misma y te has hecho creer que el amor debe doler y que tu pareja tiene derecho a causarte daño o exigir sacrificios en todo momento.

Crees que debes soportar todo en nombre del amor o que con el paso del tiempo, recibirás un premio o lo que deseas.

7. Te sientes mal cuando no tienes atención.

Cuando las personas de tu entorno deciden tomar las riendas de su vida o comienzan a ser más independientes, te sientes triste y hasta deprimida.

Aparece el miedo porque te sientes reemplazada y ves que no eres tan indispensable como creías.

Muchas veces, buscas la forma de atraer su atención de una forma desesperada y hasta dañina.

Cómo manejar el Síndrome de Wendy

Si notas que estas características van de acuerdo con tu estilo de vida y personalidad es momento de hablarlo con un especialista.

Puedes acudir a terapia para poder sanar y entender que no necesitas estar a los pies de las otras personas para que te valoren.

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