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5 defectos que rechazas en otros, pero que no trabajas en ti misma

¡Enfócate en ti!

¡Es lo mejor!

Todos tenemos defectos, algunos malos, otros peores y unos cuantos que podemos pulir y convertir en nuestra mejor arma para destacar nuestra mejor versión.

Sin embargo, muchas veces, no somos capaces de ver y aceptar que tenemos más defectos de los que creemos.

Incluso, solemos ver claramente los de los demás, pero no nos damos cuenta de que tenemos los mismo defectos.

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Lo peor de todos es que señalamos, criticamos y pedimos que otros cambien los defectos que nosotras también tenemos.

Por esto, antes de ver lo mal que hacen las personas que te rodean, analiza si tú no estás en la misma posición.

Deja de exigir o ser hipócrita, porque si no eres capaz de resolver lo que tú haces, no deberías criticar a los demás.

5 defectos que rechazas en otros, pero que no trabajas en ti misma

1. Dependencia.

Te molesta que las personas de tu entorno vivan dependiendo de su pareja o de una relación que no los beneficia.

Sin embargo, tú estás en el mismo lugar, no te aferras a un amor, pero sí a un trabajo que no te impulsa o al dinero.

Incluso, dependes de la aprobación de los demás para sentirte mejor contigo misma. Y esto no es mejor que aferrarte a alguien.

2. La inmadurez.

Te crees superior porque tienes un trabajo estable o porque tienes “todo” lo que has deseado. Sin embargo, esto no se traduce a madurez.

Te encanta señalar que los demás no han llega al nivel que tú, debido a su falta de decisión o inmadurez.

Sin embargo, aferrarte a las apariencias, criticar o sentirte superior, es sinónimo de que eres una mujer inmadura.

3. Falta de autenticidad.

Te molesta que las personas no sean originales o no demuestren lo que son, incluso sientes que son falsos o solo tratan de aparentar algo que no son.

Pero el mayor problema es que tú vives imitando o queriendo ser como alguien que te llama la atención.

No es tu fuente de inspiración, sino que tratas de imitar a alguien exitoso, pero lo haces de la forma incorrecta.

4. No valorarse.

Vas con la bandera de que te cuidas, valoras y eres tu prioridad número uno. Te molesta que otras personas antepongan la necesidad de otros y no las suyas.

El problema, es que tú tampoco te valoras y te respetas como deberías.

Porque muchas veces, buscas aprobación, quieres encajar o hacer lo que alguien te pide para que valore tus esfuerzos.

Ten presente que, sacrificarte por alguien que no te da lo mismo, ya sea en el trabajo o en el amor, es no darte tu lugar.

5. Autosabotearse.

Te gusta regañar o señalarle a tus amigos y conocidos que son su peor enemigo. Resaltas que siempre se ponen el pie cuando están a punto de lograrlo.

Sin embargo, tú tampoco te salvas. Muchas veces, te reprimes, detienes o dejas que el miedo te invada.

Tal vez, lo haces de una forma discreta, pero también has caído en ser tu propio enemiga y eso no está mal.

Lo que sí es que te disfrazas como un ganadora, cuando no has trabajado en lo mínimo.

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