El amor siempre nos hace cometer locuras o cosas que en nuestros 5 sentidos no haríamos. Cuando estamos profundamente enamoradas somos capaces de demostrar nuestro cariño con cosas que jamás imaginamos.
Nos permitimos ser más extrovertidas, aventureras y valientes. Perdemos la cabeza por esa persona que nos ama de la misma forma y amamos desvestirnos frente a él.
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Somos capaces de dejar a un lado el orgullo, pues nuestro amor vale más la pena que solo tener la razón en una pelea.
Nos entregamos, en cuerpo, mente y alma, sin pensar en las consecuencias. No restringimos nuestro cariño, simplemente lo damos todo, pues sabemos que es lo mismo que vamos a recibir.
O al menos eso es lo que creemos…
En el amor pierde la cabeza, la ropa y el orgullo, nunca la dignidad
Podría darse el caso de que le demos todo a alguien que no lo merece, pues para esa persona, recibir tanto amor no es algo bueno, al contrario, lo considera asfixiante.
Al saber esto, deberíamos parar, dejar de entregarlo y retirarnos con la frente en alto. Pues solo dimos lo que consideramos que es correcto, lo que nos hace felices.
Sin embargo, somos necias y queremos seguir ahí, “luchando” por aclarar la mente del otro y convencerlo de que nos debe amar como nosotras lo hacemos.
Nos aferramos a alguien que no nos desea a su lado y permitimos que nos humille con su falta de amor.
Permitidos una serie de desplantes solo para lograr cambiar a ese hombre, para que nos demuestre un poquito de cariño, pero no pasa.
No solo perdemos su cariño (o tal vez nunca lo tuvimos), también nuestra dignidad queda herida y nuestro amor propio es pisoteado por alguien que no sabe lo que quiere.
Por esto, es importante que en el amor te entregues, te diviertas, ames libremente y seas tú, pero nunca permitas que tu dignidad salga herida.
Ella es la que te ayudará a poner un límite y podrá reconocer a la gente valiosa que te ama de verdad y no a medias.
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