Aunque a muchos nos hayan dado el consejo de «Fake it until you make it», la ciencia acaba de demostrar que no siempre nos funciona como quisiéramos.
El Síndrome del Impostor también se conoce como fenómeno del impostor o síndrome de fraude y es un fenómeno psicológico que se manifiesta como la incapacidad de internalizar tus logros. Una persona que tiene este síndrome vive convencida de que es un fraude y que no merece el éxito que tiene.
Cabe aclarar que esto no es una enfermedad mental oficialmente reconocida ni se encuentra en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. De hecho es un fenómeno de reciente descubrimiento (1978) que apenas comienza a ser estudiado. Sin embargo, ya se demostró que 70% de las personas lo padeceremos en algún momento de nuestra vida.
El síndrome del impostor, en el que gente competente encuentra imposible creer en su propia competencia, puede ser visto como complementario al efecto Dunning-Kruger, en el que gente incompetente encuentra imposible creer en su propia incompetencia. Bastante conveniente, ¿cierto?
Pero, aunque el efecto Dunning-Kruger puede ser una amenaza para el resto del mundo, el Síndrome del Impostor puede ser una amenaza para quien lo padece.
Según un estudio publicado en el journal Frontiers in Psychology, este fenómeno puede destruir tu carrera, además de mantenerte en un estrés constante por el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno para lo que sea que estés haciendo.
Los autores del estudio entrevistaron a 238 graduados de universidad sobre diferentes factores relacionados con el trabajo, incluyendo satisfacción laboral, flexibilidad y su definición de éxito. Midieron el síndrome pidiéndole a los participantes que evaluaran su nivel de aceptación de diferentes hechos como «Doy la impresión de ser más competente de lo que soy».
Cuando analizaron la información obtenida se dieron cuenta de que las personas con mayor nivel del síndrome del impostor eran menos optimista sobre su futuro laboral y se sentían menos satisfechos con su trabajo actual. Además tendieron a tener salarios menores y a ser menos considerados para nuevos y mejores puestos.
La conexión que encontraron estos investigadores es que, cuando aparece una oportunidad en el horizonte de alguien que se siente un fraude es más probable que adopten una actitud negativa al respecto, pensando «no vale la pena» o «ni para qué me esfuerzo si no soy lo suficientemente bueno«.
Los que se sienten impostores son los más débiles de la fuerza laboral y tienden a buscar trabajos con menos flexibilidad y menos oportunidades. Se muestran como menos abiertos al cambio y les cuesta más trabajo adaptarse a nuevos ambientes y situaciones. Son más cuadrados en su forma de hacer las cosas y tienen muy poca intención de cambiar su posición actual.
¿Cómo saber si padeces el Síndrome del Impostor?
La psicóloga Pauline Clance fue la primera en estudiar este fenómeno de manera formal y publicó un libro en 1985 en el que aparece una escala para medir el nivel del síndrome que tiene cada persona.
Aquí te dejamos una versión adaptada para el journal.
Toma un papel y apunta en una escala del 1 al 5 qué tan de acuerdo estás con las siguientes frases, siendo 1 no tan de acuerdo y 5 completamente de acuerdo.
1. Me da miedo que la gente que es importante para mi se dé cuenta de que no soy tan capaz como ellos creen que soy.
2. Me es difícil aceptar cumplidos o hablar sobre mi inteligencia y mis logros.
3. En ocasiones siento que mi éxito se debe más a la suerte que a mi trabajo.
4. Seguido comparo mis habilidades con las de la gente que me rodea y pienso que son más inteligentes que yo.
5. En ocasiones pienso que obtuve mi actual puesto porque estuve en el lugar correcto en el momento correcto o porque conocí (por suerte) a la persona indicada.
6. Si recibo un reconocimiento por algo que he hecho tiendo a restarle importancia o a minimizarlo.
7. Suelo recordar los errores de mi carrera más que mis logros.
8. Si voy a recibir un reconocimiento o me van a dar un mejor puesto dudo de decirle a otros hasta estar 100% seguro de que ya pasó.
Ahora suma tus resultados.
Entre 30 y 40: Alto grado de Síndrome del Impostor
Entre 20 y 29: Grado moderado de Síndrome del Impostor.
Entre 15 y 19: Bajo grado de Síndrome del Impostor.
Entre 8 y 14: Para nada te consideras un fraude.
Si encontraste que tienes un grado moderado o alto del Síndrome del Impostor estás a tiempo de darle la vuelta. Muchas personas que viven sintiéndose incompetentes o un fraude pueden tomar esto como punto de partida y apalancarse para comprobarse a sí mismos que sí son lo que los demás creen que son.
El antídoto, según estos investigadores, es planear un camino hacia el éxito que te permita construir con hechos tu carrera. Esto significa que vas a trabajar más que nadie, que vas a tomar cursos, que vas a mantenerte actualizado y a tener la mente abierta para absorber todo lo que puedas de tu campo.
Ahora sí… Fake it until you believe it.
Teniendo los hechos frente a ti te será muy difícil pensar que tu éxito fue cosa de suerte.