Soy de las que piensa que todos tenemos una vida complicada pero cada quien la afronta de manera diferente, por poner un ejemplo muy burdo, ni todos los ricos son felices, ni todos los pobres infelices; ni todos los casados viven un infierno ni todos los solteros están plenos.
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Y, por supuesto, mi vida, en mi peculiar rutina de emociones, no ha sido la excepción, mi vida amorosa me ha impuesto retos muy interesantes, retos de los que he aprendido, pero justo en el momento me han hecho derramar lágrimas y echar una que otra maldición.
Pero, en pleno naufragio, antes de que la tristeza me hundiera y se me quedara en los huesos, llegaba alguien que me rescataba, que me hacía reaccionar, que me devolvía las fuerzas para nadar y la dirección para salir adelante, YO.
Es una parte de mí que me ha enseñado lo fuerte que soy, esa parte de mí me llevaba a la regadera para comenzar de nuevo, me quitaba los restos del rímel no desmaquillado y me hacía suspirar para ir a la escuela, años después, me empujaba al trabajo.
Esa parte de mí me rescató de las peores, de los momentos en los que tocaba fondo, de las noches de lágrimas, dolor y frustración, siempre aparecía para salvarme de ese agujero y regresarme a la vida.
Me hacía llegar a trabajar con una cara seria pero poco después me animaba a reír y a volver a disfrutar el viento en mi cabello.
A esa YO, la YO fuerte, la YO invulnerable, la YO madura, la YO entera, le quiero decir 5 cosas:
1. Gracias.
Gracias por brotar en mí cuando era el momento, cuando tenía que empezar a despedirme de lo malo para recuperarme, gracias incluso por dejarme llorar mi dolor para poder sanarlo.
En verdad, gracias, gracias por estar ahí y levantarme cuando el resto de mi ser no tenía fuerzas.
2. No te vayas.
Espero que siempre me acompañes pues no se qué me depare la vida, sin embargo, sé que teniéndote a mi lado, podré salir adelante de todo lo malo que venga, que podré sostenerme de ti y todo estará bien.
3. Lucho a diario porque abarques más de mí.
Eres mi ejemplo y diario lucho para que cada vez abarques más de mí, porque te admiro, porque confío en ti, porque sé que eres lo mejor que tengo.
4. Te cuido.
No importa quién sea, te cuido y defiendo de las personas que tratan de restarte poder y, ¿sabes que he encontrado? Que haciendo eso he procurado más de mí, el resto de mi carácter lleno de debilidad ha resultado beneficiado.
5. Te amo.
Te amo, amo a la parte de mí que me sacado adelante y no me ha dejado flaquear, amargarme, deprimirme o dejar de ser yo.
Si tú, al igual que yo, sabes que en tu interior tienes esa pequeña pero fuerte parte llena de poder y energía, abrázala, cultívala, escúchala, aférrate a ella y deja que crezca dentro de ti, no la calles, déjala salir, sobre todo en los momentos de decepción.
