Me estoy dando cuenta de una realidad que debo dejar de cargar para avanzar en el camino para ser feliz, un camino que se construye día a día y del que se aprende mucho: Se necesita ser egoísta para ser feliz.
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No necesito entrar en detalles, seguramente lo que leerán a continuación podrán identificarlo en sus propias condiciones.
Toda mi vida he tratado de ser una buena persona, estar ahí para cuando me necesiten; ayudar a quien veo en apuros; si está en mis manos lo que me piden, darlo; para ser honesta y sin ponerme como la Madre Teresa de Calcuta de la generación, he hecho las cosas desinteresadamente.
Sí, disfruto de ayudar y me encanta ver los frutos de mis gestos, por supuesto, me he conmovido de ver que en ocasiones sólo basta un pequeño impulso para que la gente salga adelante y me gusta formar parte del proceso, pero aunque me gusta ayudar y pienso seguirlo haciendo hay situaciones a las que debo responder NO.
Decir NO sin sentirte mal
Recientemente tuve que negarme a un favor muy importante y me sentí mal por ello, hasta que para dejar atrás el mal rato tuve que platicarlo con alguien de mi confianza que me alivió con estas palabras:
Hiciste lo correcto, tienes que ver por ti, tienes que seguir tus planes, tienes que luchar por tus sueños.
¡Es muy cierto! Pero tuvo que decírmelo alguien para dejar de sentirme culpable…
Está bien ver por los demás, pero no puedes dejar de ver por ti misma, no podemos darnos el lujo de descuidarnos a nosotras mismas por estar incondicionalmente para otras personas, mucho menos cuando estamos luchando fuerte para cumplir nuestras propias metas que son igual de importantes que las de otras personas.
La RAE define al egoísmo como: «Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.»
Lo que yo tengo (lo escribo con toda humildad) NO es ni inmoderado, ni excesivo, es el hecho de haber tomado una decisión para que mis planes no se alteren, para seguir mis metas como lo he previsto desde hace tiempo atrás y eso no tiene nada de malo, no tengo porque sentir que he defraudado a alguien, al contrario, si aceptara estoy segura que me defraudaría a mí misma.
No puedo hacer las cosas sólo por obligación o por sentirme responsable de algo que no me corresponde, en todo caso, si voy a ayudar lo tengo que hacer de corazón.
Necesito ser egoísta para ser feliz, necesito ver por mí y por los míos, quiero tener mi energía concentrada en mis planes, los que construyo cada que suena el despertador en las mañanas.
Así que querida lectora de HeyHeyHello, actúa con valores, ayuda, sé empática, por supuesto, no te pediría que hagas a un lado tu calidad humana, pero no olvides ver por ti, di NO cuando realmente no desees hacer las cosas y sobre todo, no te sientas mal por ello.
Si esto sucede recuerda tus propias responsabilidades, tus propios recursos, tus propias metas y tus propios planes. Ayuda cuando moral, emocional, económica y mentalmente te sientas dispuesta para hacerlo.
Si tú no ves por ti, ¿quién lo hará? Nadie se despertará por las mañanas para cumplir tus sueños, tu obligación es cumplirlos, tu responsabilidad es ser feliz.
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