La imperfección es una de las cosas más naturales y hermosas que pueden existir, ser «perfectas», tener el cuerpo «perfecto», el cabello «perfecto», la piel «perfecta», la pareja «perfecta», llevar la alimentación «perfecta», no sólo no es posible, nos somete a un estrés que nos orilla a privarnos de la libertad de disfrutar.
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Esto nos orilla a esforzarnos por lograr una vida «perfecta», lo que es simplemente irreal.
Por ello, nos encantó la campaña de Reebok, que incluso se las dimos a conocer con el rostro de Gigi Hadid.
En esta ocasión queremos hablar de la participación de Ronda Rousey, especialista en artes marciales mixtas y actriz, seguro la pueden recordar su participación, entre otras películas, en Rápido y Furioso 7…
Bien, Ronda también forma parte de la campaña y las palabras que comparte en su anuncio son simplemente fascinantes:
Ése es el mensaje con el que debemos despertarnos cada día, no buscar la perfección… sino encontrar las oportunidades para dar lo mejor de nosotras, de retarnos y de saborear cada momento de nuestra vida con todos nuestros defectos.
«La perfección nunca se pone a prueba. La perfección nunca llega a silenciar a sus críticos. La perfección nunca intenta redimirse.»
Así que pongámonos a prueba, intentemos siempre estar un paso adelante, escuchemos nuestras críticas y trabajemos en silencio hasta que alguien reconozca en voz alta nuestro trabajo, permitámonos crecer desde nuestro interior hasta ser del tamaño que nosotras queramos.
Somos personas, seres humanos, somos mujeres, trabajadoras, estudiantes, amas de casa, mamás, esposas, parejas, primas, hermanas, tías, sobrinas, amigas y cada día tenemos la oportunidad de ser nosotras, no lograr la perfección, nada va a pasar si nos vamos a acostar dejando los platos sucios en el lavabo por regalarnos 20 minutos de ejercicio, no pasará nada si en vez de tender la cama, nos regalamos 5 minutos de meditación, no dejaremos de ser buenas si en lo que los niños juegan, vemos la tele o leemos un libro y la ropa sucia espera un poco más para ser lavada, no busquemos ser mujeres «perfectas», busquemos ser personas felices.
