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Deja de sentirte mal por estos «defectos» que suceden en tu casa

Deja de culparte por no tener tiempo de ir al súper a comprar un foco

Tu casa debe ser el lugar al que quieras regresar por las noches

Cuando somos adolescentes juramos que nuestra casa de adultos será increíble. Cuando somos adultos seguimos esperando a que mágicamente nuestra casa se auto decore, auto limpie y auto transforme.

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Seguimos esperando a ser más adultos para poner en práctica todos los sueños que tenemos de transformar nuestro espacio en un lugar mágico. Seguro tienes montones de ideas de lo que te gustaría cambiar de tu casa, del color que quisieras para una pared o de lo bien que se verían unas plantitas en ese balcón…

Pero, ¿quién tiene tiempo de hacerlo?

La velocidad a la que vivimos consume nuestras horas de una manera aplastante y se te pasa el fin de semana sin terminar de pintar, ni terminar de arreglar ni terminar de hacer.

¡A todas nos pasa! Por eso hoy quisimos liberarnos de la culpa y dejar de sentirnos mal por estos “defectos” que nuestras casas siguen y seguirán teniendo, no importa qué tan adultas creamos que somos:

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Cosas que no arreglas porque rentas

No estás loca… Es una realidad. Invertir dinero en transformar un espacio que no es tuyo es dinero tirado a la basura. Puedes cambiar la superficie, pero no tiene caso renovar el baño, a menos que llegues a un acuerdo con el dueño. Así que deja de sentirte mal por no haber cambiado ese mueble de la cocina o ese lavabo que odias si el departamento no es tuyo.

Decoración en proceso

Cuando nos mudamos a un nuevo lugar pensamos en todos los muebles que deberíamos cambiar y en cómo deberíamos decorar las paredes. 5 años después sigues con los mismos muebles (más o menos) y con las paredes en blanco. Estamos exagerando… Pero el punto es que nadie termina los proyectos de decoración que empieza.

Tal vez cambies un sillón por otro, compres un comedor nuevo o alguien te regale un cuadro y poco a poco empiezas a tener esta sensación de estar construyendo un hogar. No pasa nada si no cambiaste todo y no llenaste todas las paredes como pensaste que harías…

Manualidades abandonadas

Hay personas que son habilísimas para hacer manualidades y habemos otras que dejamos el trabajo a medias. Desde que existe Pinterest todas hemos intentado decorar nuestra casa con proyectos increíbles hechos por nuestras manitas. Y todos han acabado guardados en el clóset de la decepción.

Plantas muertas

Salvo contadas personas en el mundo que nacieron con el don de la jardinería, a todos los demás mortales se nos mueren hasta los bambús. No te estreses… eventualmente dejarás de comprar plantitas para no asesinarlas con exceso de agua.

Un poco de desorden

En un mundo ideal todas llegaríamos a casa, dejaríamos los zapatos en el clóset junto al abrigo, prepararíamos cena y luego lavaríamos los platos, los guardaríamos antes de dormir y tenderíamos la cama todas las mañanas.

En el mundo real hay platos sucios, camas mal tendidas, ropa tirada y zapatos junto al sillón. No pasa nada… No es que seas increíblemente desordenada y que te van a encontrar junto a una pila de ropa sucia, es que llegas agotada y lo último que quieres es lavar un plato.

Reparaciones a medias

Tal vez estés viviendo con una puerta ligeramente caída, una ventana rota o una cerradura descompuesta. Tal vez pases una semana sin luz en la cocina porque no has tenido tiempo de ir al súper por un foco. Tal vez estés acostumbrada a darle la vuelta a ese pedazo de madera que se sale de un gabinete.

Estas cosas pasan y debemos dejar de culparnos por no ser más habilidosas o no tener más tiempo para esperar al carpintero a que llegue a medio día a arreglarlas. En el momento en que algo grave se descomponga y no puedas seguir viviendo con eso, le hablarás a alguien que irá a solucionar el problema y arreglará todos los desperfectos. Mientras… vive con reparaciones a medias. No pasa nada.

Tu casa debe ser el lugar en el que te sientas cómoda, feliz, a gusto… El lugar al que quieras regresar después de un día estresante en el trabajo, en el que quieras pasar una tarde de domingo, al que quieras invitar a tu mejor amiga por un café.

Si tu casa cumple con esto, entonces es tu hogar, independientemente del color de las paredes o la combinación de los muebles.

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