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Más de 100 millones de mujeres siguen siendo mutiladas cada año

¡Es necesario un mundo equitativo, "humano" y más sensible para nosotras y nuestras hijas!

¡Es necesario un mundo equitativo, "humano" y más sensible para nosotras y nuestras hijas!

La violencia de género sigue siendo una realidad en muchas partes del mundo, en mayor o menor medida.

Por colocar un ejemplo, fue apenas este año cuando Nigeria prohibió la mutilación femenina. Una decisión que más allá de alegrarnos, nos hace conscientes que aún hace falta muchísimo camino por recorrer en la defensa de nuestro derechos.

Y es que, según la Organización Mundial para Salud (OMS), entre 100 y 140 millones de mujeres han sido salvajemente privadas de su clítoris, de sus labios menores, mayores y de todo a la vez, en nombre de convenciones sociales que no pueden sostenerse con argumentos racionales, y que constituyen una indiscutible violación a los derechos humanos de las mujeres y niñas del mundo.

Lo más trágico es que la ablación conlleva procedimientos inhumanos, en los que las mujeres son mutiladas con todos tipos de herramientas (cristales, cuchillos y todo tipo de objetos cortantes), en prácticas que son realizadas con crueldad y que además de causarles profundas cicatrices, dejan su cuerpo expuesto a graves problemas de salud.

Pero esto no es una realidad sólo de África, también ocurre – quizás en menor medida- en otras regiones como Indonesia, India y en las comunidades inmigrantes de Europa y Estados Unidos.

Por si fuera poco, esto es apenas una de los varios tipos de violencia que sufrimos las mujeres en diferentes latitudes y ¡que aún nos impiden ser realmente libres!

En Latinoamérica, la violencia contra la mujer también tiene matices muy alarmantes, y basta leer la prensa para darnos cuenta de ello.

En Colombia, son comunes los casos de mujeres rociadas con ácido; o en Argentina; los casos de mujeres prendidas en fuego o desaparecidas, por nombrar apenas 2 realidades.

Unas historias que, sin duda, nos escandalizan y nos causan indignación en una época en la que insistimos denominar «moderna».

Entonces, aprovechemos este 25 de noviembre – día que conmemoramos esta justa lucha- para reflexionar sobre las muchas batallas que aún nos faltan enfrentar, si queremos habitar un mundo más equitativo, más «humano» y más sensible para nosotras y nuestras hijas.