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Ser mamá es ser esclava de tus hijos (y otros cuentos de terror)

¡Decidas lo que decidas, que te haga feliz!

Una buena reflexión

Constance Hall es una mujer australiana, madre y escritora, que desde una publicación que hizo en el mes de enero en su cuenta de Facebook, ha llamado más la atención, no sólo de los medios de comunicación, también en muchas madres que al leer su mensaje se sintieron identificadas hasta las lágrimas y otras que no estuvieron nada de acuerdo.

Estas son las polémicas palabras de Constance:

Si ya habías tenido la oportunidad de leer con el pensamiento de Constance seguramente ya meditaste lo suficiente para poder distinguir si estás de acuerdo o no, pero si apenas está llegando a tu vida, te dejamos esta reflexión.

Constance deja claro que no por ser madre nos convertimos en esclavas y así comienza a abrir un espacio digno a aquellas madres que pueden salir de casa a tomarse un café con sus amigas dejando una montaña de platos sucios en el lavabo; saluda cordialmente a la madre que se pierde en su celular mientras sus hijos juegan; a la madre que no perdió el peso que ganó durante el embarazo, y comienza a marcar una diferencia abismal entre ser mujer y ser mamá y tener que limpiar la casa durante toda la eternidad.

Muy a su manera exhorta a las mamás a no privarse de una rebanada de pastel cuando se pasan las 24 horas del día cumpliendo con sus correspondientes trabajos domésticos, sobre todo cuando se considera que su labor de madre no termina sino hasta dentro de 20 años.

Sus palabras retumbaron en el corazón de madres que al leerlas se sintieron libres de remordimiento por no ser las únicas que se han encontrado en el conflicto de ser mamá sin dejar de sentirse mujer, sin dejar se sentirse persona.

Por supuesto, hubo quienes encontraron su mensaje fuera de lugar, pero, ¿quiénes somos nosotros para juzgar lo que sienten las personas? ¿está bien creer que todas las madres deben de cumplir siempre su papel entregándose al 101 por ciento en sus tareas como ama de casa? ¿podemos decir que mujeres como Constance no aman a sus hijos por querer tiempo para ellas? ¡Por supuesto que no!

Después de que en la redacción platicamos del tema llegamos a una conclusión, cada quien es libre de escoger su manera de vivir la maternidad y ser una mala madre no significa tener los trastes sucios en la cocina, ser una mala madre es hacer infelices a los hijos por medio del maltrato, de la desilusión, una formación con base en el desamor.

La independencia femenina no debe oponerse en la labor de una madre, seamos honestas, los tiempos en que la mujer estudiaba para ser una buena esposa, o estudiaba hasta ser una buena esposa, quedaron atrás, hoy, las mujeres nos esforzamos en cumplir nuestros roles y si escogemos ser mamá y ser mujer, nos enfrentamos a estereotipos que parecieran encerrarnos en casa y dejarnos el mandil puesto alternándolo con la pijama.

No estamos diciendo que esté mal ser ama de casa de tiempo completo porque eso merece nuestro respeto y admiración (¡vaya que si no!), sólo queremos libertad para tomar decisiones y respeto para lo que decidimos.

También la situación económica llega a ser un factor para que la mamá salga de casa a buscar un empleo y ayude a sostener la casa, no siempre es una elección y cuando lo es, también es de admirarse.

No podemos poner en duda el amor de Constance por su maternidad, cuando abre su corazón y se siente feliz de ser una madre honesta, una madre que ama y una mujer que quiere realizarse, incluso se vale cuestionarnos ¿qué es peor, una madre que cumple con sus obligaciones domésticas sintiéndose infeliz o una madre feliz que reconoce que en ocasiones la maternidad es tan absorbente que decide encontrarse tiempo para otras actividades?

¡Ojo! no estamos diciendo que todas las mamas de tiempo completo se sientan infelices, porque sabemos que hay madres que así conciben su amor por la familia y eso es asombroso, sólo que nos pareció interesante el caso de Constance y como en los comentarios de su publicación de Facebook, hubo tanta empatía con las mamás que también llegan a sentirse confundidas por querer salir de compras con sus amigas mientras los hijos están seguros en otra parte.

Quizá hace años esta idea hubiera sido de locos, pero leíste bien «hace años», hoy, es momento de entender que las necesidades y roles de la mujer en la sociedad van cambiando, por consecuencia, el de una mamá, también.

¡Decidas lo que decidas, que te haga feliz!

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