La visita de Donald Trump a nuestro país desató la locura en redes sociales… Opiniones de lo más diversas, gente dividida, familias gritándose por medio de Twitter, caos.
La visita de Trump a México fue caótica, y más después de su discurso en Phoenix. Pero hubo alguien que nos dio una lección a todos los medios de cómo sumarte a un discurso sin perder la identidad de la marca.
El sueño de todo community manager se le cumplió ayer a la gente del Museo de Memoria y Tolerancia y los que nos dedicamos a esto no podemos más que aplaudirles de pie.
Cuando publicaron esta imagen jamás se imaginaron la respuesta que tendrían:
Después de 2,500 shares y 4,500 reacciones supieron que tenían una mina de oro y que su discurso, humildemente aceptado, había dado en el clavo.
Los mensajes del museo se hicieron increíblemente virales en cuestión de horas, volviéndose el lugar de debate. Cientos, miles de mexicanos expresaron su opinión sobre la visita de Trump en sus imágenes que se compartieron como nunca antes una imagen de un museo se había compartido.
El Museo de Memoria y Tolerancia superó incluso a las imágenes de Gandhi.
Entonces, el día de la visita, con una tipografía nueva, el museo nos regaló esto:
¡Más de 64 mil personas la compartieron!
La imagen salió después del medio día, incluso después de otra imagen promoviendo uno de sus cursos. Tal vez tardaron un poco en darse cuenta del potencial que tenía la primera imagen o tardaron en pensar las siguientes frases. Pero cuando las lanzaron, México se volvió loco:
La discusión seguía y seguía entre los mexicanos que usamos el muro del museo para descargar toda nuestra frustración.
Y luego, para cerrar con el discurso que llevaron durante el día, armaron un par de imágenes después de lo que Trump dijo en Arizona:
Y cerraron la comunicación con:
Esperamos que la mente creativa detrás del primer mensaje esté disfrutando de unas vacaciones y un gran aumento. Nos acaba de demostrar lo que es darle voz a tu marca sin perder tu esencia dentro de un tema coyuntural que nos afecta a todos.
El Museo de Memoria y Tolerancia fue la voz de los mexicanos, con humor y sarcasmo, con ironía y enojo, con tolerancia. ¡Aplausos!