Esta semana descubrimos que Lindsay Lohan sí tiene algo que enseñarnos, además de cómo no debes verte en la corte.
Su lección inesperada llegó luego de que se filtrara un video en el que Egor Tarabasov, prometido de Lindsay, y ella tuvieron una discusión que se salió de control.
La escena, que superó el verano apasionado de Orlando Bloom y Katy Perry, no mostraba una típica discusión de pareja, digamos de esas comunes que ocurren por un malentendido o algún situación incómoda.
Iba más allá. El prometido de Lindsay la perseguía por la playa y forcejeaba con ella de manera violenta para tratar de quitarle de las manos lo que creemos es un celular. Era un claro episodio de violencia doméstica.
Antes de que este video se hiciera viral, creíamos que Lindsay por fin había dejado atrás sus problemas y que su vida se normalizaba al lado de este misterioso y millonario ruso que aparecía para rescatarla y ofrecerle el amor y la estabilidad que tanto necesitaba.
Pero nos equivocamos por completo, y las fotografías que nos vendieron los medios de comunicación sobre su idílico romance resultaron ser una mentira.
Aquí la evidencia que nos dejó en shock:
Pero después de un momento así llega el punto de reflexión y aprendizaje. Al darse a conocer el video, Lindsay dio una entrevista al Daily Mail y confirmó que en efecto su relación es inestable y que, antes de la pelea captada por los paparazzis, ya había protagonizado otros hechos de violencia con su prometido.
Y para sorpresa de todos, concluyó que debía salirse de esta relación.
Sin embargo, lo que más nos sorprendió de sus declaraciones fue la madurez y la claridad con la que abordó el tema:
«Ahora me doy cuenta que no nos podemos quedar en una relación sólo por amor (…) Ninguna mujer puede ser golpeada y permanecer con esa persona…» -Lindsay Lohan