Este fin de semana Ariana Lenarsky, una joven escritora estadounidense, puso en evidencia las fallas que aún existen en el sistema judicial (de Estados Unidos, ya no digamos del resto del mundo) cuando una mujer intenta reportar una situación de acoso.
Ariana viajaba de Austin, Texas, a algún otro punto de Estados Unidos, cuando un tarado le acarició la pantorrilla cuando ella pasó caminando a su lado.
Indignada, frustrada y verdaderamente sorprendida, aprovechó la maravilla del Wifi aéreo para descargar su enojo a través de su cuenta de Twitter:
Some guy grabbed & stroked my calf (??) as I walked by on the plane, so I took his picture. Not gonna post it, but I hope he's freaked out.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
La magia del Internet es que la información se extiende como virus, más si tienes una base de 7 mil seguidores en cualquier red social. Ariana decidió reportar la situación a los sobrecargos.
Ellos ya sabían quién era el acosador porque OTRA MUJER ya se había quejado previamente.
I just told the flight attendants, and they both nodded. They already knew who it was, because other women already complained. Lol.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
Entonces, ya había quedado establecido que era un tarado acosador en serie, y los sobrecargos llevaron la queja al capitán.
I am now going to ask the flight attendants what they plan to do when we land.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
They told the captain and are filing a report with the airline. Local authorities will meet the plane when we land.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
La aerolínea tomó todas las medidas que consideró prudentes, dada la situación. Seguramente nunca antes habían tenido que lidiar con algo así, no porque no hubiera pasado, sino porque muchas mujeres nos quedamos calladas.
El asunto es que aplausos para la aerolínea que lo resolvió de la mejor manera que pudo, y el sujeto seguramente quedó fichado y, con suerte, no podrá volver a viajar en sus aviones.
Pero la cosa ya había trascendido bastante, y a la llegada del vuelo había policías esperando al tipo.
Police took him off the plane. I'm still here & they're taking my & another woman's report. The legal term for how he grabbed me is battery.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
Y entonces la pesadilla continúa… Como el incidente ocurrió en el aire, la policía local no podía involucrarse. Era competencia del FBI. De repente, una situación que debió haber sido resuelta como una agresión ya tenía tintes de serie tipo CSI.
He tried to kiss the other woman. She doesn't want to press charges bc since it happened in the sky, the FBI would have to get involved.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
¿Quién querría presentar cargos con el FBI involucrado? Ni Obama…
Y entonces aparece el gran hueco en el tema de los acosos:
If I want to press charges, I'd have to fly back to Austin on my dime, since it's Austin PD's jurisdiction. I don't want to do that.
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
Si Ariana hubiera querido hacer lo correcto y presentar cargos contra un tipo que tocó su cuerpo sin su consentimiento, hubiera tenido que invertir dinero y tiempo en regresar a Austin para demandarlo.
Police said they would "give him a talking to"& "it's not the crime of the century." True! I'm going to tweet his picture now since it's nbd
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
Y entonces la policía (o el FBI) minimiza la situación y la hacen sentir incómoda al decirle que no es algo tan grave. ¿Cómo no va a ser algo grave? Un desconocido tocó su cuerpo sin su consentimiento durante un vuelo comercial a miles de pies de altura. ¿Cómo no va a ser grave?
You can't grab women on a plane, guy. You can't do it. Hope you get the help you need. pic.twitter.com/5A5nGqdx87
— Ariana Lenarsky (@aardvarsk) 23 de octubre de 2016
Y Ariana subió la foto… Y por lo menos 12 mil personas la retuiteamos. Y le vimos la cara al imbécil que se cree con derecho a acosar a mujeres. Y aunque ni el FBI ni la policía local ni la CIA, tal vez ni siquiera los sobrecargos, piensen que esto es grave, nosotros sabemos que sí lo es. Tan grave como una violación, un acoso laboral, o cualquier otro indicio de violencia.
Porque todos parten de la misma base, de la creencia de que ellos pueden hacerlo y nosotras tenemos que aguantarlo.
Ariana se lo tomó bastante bien… afortunadamente ella tiene 7 mil seguidores en Twitter que estuvieron pendientes de su problema y la ayudaron a que esto se escuchara más allá de la aerolínea. Al final el incidente no pasó a mayores y ella bajó del vuelo indignada, con una pantorrilla manoseada y listo.
Pero… ¿quién se cree este imbécil para tocarle la pantorrilla o la oreja o el dedo meñique a una mujer sin su consentimiento?