Si viejas heridas del pasado se han hecho presentes en tu vida, es momento de cuidar y de sanar tu niña interior.
El niño/niña interior hace referencia a una parte esencial de nosotros que a menudo es olvidada, pero que ejerce una influencia significativa en nuestra vida y la forma de gestionarla.
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Descubrir y sanar a tu niña interior puede abrirte las puertas hacia una mayor comprensión de ti misma, brindarte la oportunidad de curar heridas emocionales del pasado y de esta forma poder vivir una vida más satisfactoria.
El niño interior está compuesto por la combinación de nuestras necesidades emocionales, deseos, creatividad y curiosidad, de nuestra infancia.
Por lo que si esto fue reprimido en su momento, en la adultez te causará conflictos, tanto emocionales como personales.
Si es así, ahora como adulta, es tu labor cuidar y sanar esa herida del pasado, para que así tu niña interior esté feliz y tú tengas una mejor vida.
A continuación, te contamos lo que puedes hacer, para protegerla y brindarle lo que no tuvo en su momento:
Así puedes cuidar a tu niña interior
1. Visítala.
Es decir, busca una foto tuya de la infancia, puede ser una en donde eras muy feliz o en donde creas que encontrarás detalles importantes.
Puedes preguntarle qué le faltó, dar las gracias por ser muy fuerte en ese momento, pero también puedes escuchar su dolor y cómo deseaba que cambiaran las cosas.
Incluso, puedes mencionarle todo lo que ha logrado a pesar de los obstáculos y mencionarle que han logrado cosas que jamás imaginaron.
2. Lo harás mejor.
Puedes establecer el compromiso de cuidarla desde tu yo adulto. Pero no se trata de que le asegures que todo será perfecto o que su vida es lo que siempre soñó.
Si no que menciones que lo estás haciendo bien y que esperas hacerlo mejor, que poco a poco, juntas avanzarán y sanarán.
3. Qué querías.
Otra forma de cuidar a tu niña interior y de sanarla, es recordar esas cosas que siempre deseaste hacer o quisiste en el momento y no pudiste obtenerla.
Puedes hacer una lista con todo esto y poco a poco ir cumpliendo esos deseos, pero no de una forma caprichosa, sino como un recordatorio de que tú luchaste por eso y te lo pudiste brindar.
4. Cumple tus sueños.
Si en tu infancia querías hacer algo y por cuestiones del destino o de un bajo presupuesto no pudiste realizarlas, es momento de darle una segunda oportunidad.
¡Ojo!, no se trata de que dejes todo a un lado para cumplir ese sueño, sino de darte la oportunidad de vivirlo, experimentarlo y disfrutarlo, incluso, que se vuelva un pasatiempo que te brinde felicidad.
5. Vuelve a jugar.
Para sanar a tu niña interior, debes conectar con lo que ella disfrutaba y con lo que tú ahora reprimes por miedo a verte inmadura o infantil.
Sin embargo, te hará muy bien que vuelvas a jugar y a divertirte como en tu infancia, porque ella estará contenta y te recordará que siempre hay momento para jugar.
6. Deja que la vida te sorprenda.
Permítete maravillarte con algo y haz algo espontáneo y creativo, así como lo hacías cuando eras una niña.
Deja que la vida te vuelva a sorprender y a sentir que lo puedes lograr todo, la diferencia en esta ocasión es que no vas a reprimir nada, sino que te darás la oportunidad de ir por todo.
7. Presta atención a tus sentimientos.
Muchas veces vamos por la vida de forma casi automática. Por esto, un buen método para ir sanando a tu niña interior es analizar y prestar más atención a nuestros sentimientos y emociones.
De esta forma, podrás sacar lo que te duele, podrás expresarte de la forma correcta y dejar ir lo que te sirve.
Incluso, podrás perdonar y ver que hubo malos momentos en tu infancia, pero también existieron muy buenos.
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