El crossfit se define como un sistema de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento basado en ejercicios funcionales constantemente variados realizados a una alta intensidad.
Es un ejercicio muy recomendado y sí, se lo que estás pensando, el crossfit es un ejercicio muy difícil de realizar, sin embargo, tiene sus grandes beneficios.
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No solo te ayuda a reafirmar, bajar de peso y sentirte mejor con tu cuerpo también te ayuda a probarte y a superarte a ti misma.
Por esto decidí tomar una clase de crossfit, y debo aclarar que nunca había hecho igual, el ejercicio no era algo importante en mi vida.
Sin embargo, para este 2020 decidí cuidar más de mi y de mi cuerpo, comencé a tomar clases de zumba que también tienen lo suyo.
Pero un día me ofrecieron una clase de crossfit y de inmediato dije que no, sentí que no iba a terminar bien y que me iba a lastimar.
Como iba con mi hermana, ella me recordó que estoy tratando de hacer cosas por mi bienestar así que me atreví y esto fue lo que paso:
7 pensamientos que tuve al hacer crossfit por primera vez
1. Esto no es para mí.
El entrenador empezó a dar el calentamiento y a los 5 segundos supe que no era para mí, que era demasiado y que no tenía la menor idea de lo que estaba haciendo.
Sin embargo, pude realizar todos los ejercicios que se me indicaron, incluso me sentí apoyada por las otras mujeres que estaban ahí y por el entrenador.
2. Me voy a morir.
En el crossfit hay ejercicios muy difíciles de hacer, sobre todo para alguien que no hace ejercicio. Por lo que al realizarlos sientes que vas a morir de dolor, pero no es así. Eso se pasa y puedes seguir adelante.
3. Mañana no me voy a poder levantar.
Tengo que confesar que durante toda la clase pensé en cómo me sentiría al día siguiente y creo que fue un grave error.
Debí concentrarme más en lo que estaba haciendo y por qué lo hacía. Aunque disfrute la clase no lo hice al 100% estaba más preocupada que ocupada en el momento.
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4. No sabía que podía hacer esto.
Para el segundo bloque del entrenamiento me di cuenta de que ya había superado el calentamiento y un primer bloque de sentadillas, abdominales, saltos y estiramientos.
Cosas que siempre creí que no podía hacer o que mi cuerpo no sería capaz de llevarlos a cabo. Pero poco a poco me di cuenta de que podía hacer eso y hasta más.
5. Se ve tan fácil de hacer.
Muchas veces nos aventamos a realizar alguna actividad porque algún famoso la hace y al estar ahí nos damos cuenta de que se ve fácil de hacer, pero no es así.
El asunto es que ellos llevan meses o años practicándolo y para mí era la primera vez. Por lo que me sentí frustrada por no hacer los ejercicios de forma idéntica que mi entrenador.
Sin embargo, entendí que ya lo estaba intentado, estaba dando todo, y que sí quería hacerlos como él debía seguir entrenando.
6. Debo respetar mi cuerpo.
En algún momento ya no me sentía tan fuerte y estaba completamente cansada, así que decidí bajar el ritmo y pare.
Aunque mi entrenador me pedía más yo sentía que mi cuerpo no podía realizarlo. No quise arriesgarme de más porque sentí que no era sano para mí.
Creo que hice bien, yo lo conozco a la perfección y sabía que eso era algo que nunca había probado y se estaba adaptando.
Por esto, cuando me sentí mejor, seguí adelante.
7. No fue tan malo como creía.
Sí, a la mañana siguiente las piernas, los brazos y cada parte de mi cuerpo me dolía, pero se sentía bien, estaba contenta de que me había atrevido y logrado algo diferente en mi vida.
Creo que se debe a que me sentí apoyaba, cuidada e inspirada y que hice lo que pude. Por ahora, dejaré el crossfit y me concentraré en otros ejercicios más leves.
Siento que mi cuerpo debe tener más fuerza y condición para poder atreverse a más. Estoy segura de que muy pronto volveré al crossfit con más ganas de triunfar.
Y escribo esto porque quiero que te animes a cuidar más de ti y de tu cuerpo, no solo para verte bien o tener un cuerpo de envidia. Si no, para sentirte feliz en tu propia piel.
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