¡Tus necesidades son lo más importante!
En muchas ocasiones queremos tanto algo que nos repetimos a nosotros mismas que no es un capricho, que es una necesidad.
Que realmente lo ocuparemos y que es fundamental tenerlo en nuestra vida.
Con el paso del tiempo nos damos cuenta de nuestro error, que eso que tanto queríamos ayer, hoy ya no nos sirve o ha pasado de moda.
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Nuestras aspiraciones y expectativas se reflejan en todo aquello que deseamos y que a veces es un capricho.
Y si no quieres perder la cabeza ni tu dinero, antes de comprar considera si estás comprando conscientemente.
Si eso es una necesidad o solo un capricho del momento…
1. Analiza lo que te hace feliz.
Esto lo debes analizar muy bien antes de ir corriendo a realizar una compra, qué es lo que más te gusta, qué te hace feliz, qué es lo que mereces, cuál es tu motivación para levantarte todos los días.
Así podrás plantearte si de verdad compras las cosas porque lo deseas o porque los demás te lo dictan.
2. Divide tus gastos.
Tus necesidades básicas deben ser tu prioridad y estos deben de ser cubiertos por el 60% de tu sueldo.
Así con el 40% restante podrás invertir o gastar, pero de forma consciente, evita los gastos hormiga y comprar ropa que no necesitas. Recuerda que menos, es más.
3. Piensa como adulto.
Deja de temerle a tu dinero, eres un adulto con responsabilidades, pero también con derechos. Así que sabes perfectamente dónde, en qué y cómo gastar tu dinero.
Considera la calidad la prioridad principal, si es de marca o no es lo menos importante.
4. Sí a los lujos, pero con medida.
No conviertas un capricho en necesidad, mejor trabaja y esfuérzate y cuando hayas logrado algo importante recompénsate.
Date ese regalo que tanto querías, tu trabajo duro valió la pena y merece ser reconocido.
Por el bien de tus finanzas, piensa bien todas tus compras, no por mucho que lo desees debes aferrarte a obtenerlo.
No olvides que aprender a ahorrar puede ayudarte a darte esos caprichos que tanto deseas.
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