Si ya llegaste a los 30 y sientes que en cualquier momento los senos se te van a caer o perderán su firmeza, es momento de poner manos a la obra.
Sin embargo, debes saber que su caída es una situación normal y que tarde o temprano va a pasar. Incluso, necesitas tener presente que no se van a caer en exceso, ni de golpe, por lo que no debes angustiarte.
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Sin embargo, entendemos que quieras que tus senos se vean bonitos, saludables y firmes, y sí, puedes lograr esto con ciertos hábitos.
No importa si lo haces antes de los 30 o después, el punto es que comiences a hacerlos, seas constante y los trates con cariño.
Para ayudar a mantener la firmeza de los senos, puedes considerar las siguientes recomendaciones:
Qué hago para que los senos no se me caigan
1. Ejercicio.
Fortalecer los músculos del pecho con ejercicios específicos, como flexiones y press de pecho, puede ayudar a dar soporte a los senos.
Actividades como correr, nadar o andar en bicicleta ayudan a quemar grasa en general, lo que puede contribuir a la reducción del tamaño del pecho, pero también ayuda a mejorar su firmeza.
2. Mantén un peso saludable.
Los cambios en tu peso pueden afectar la elasticidad de la piel, así que es ideal tratar de mantener un peso estable.
¡Ojo!, no estamos diciendo que debas bajar de peso, sino que debes mantenerte en uno que te brinde, comodidad, seguridad y salud. De esta forma, tus pechos no se verán afectados.
3. Usa sujetadores adecuados.
Un buen sostén que te brinde soporte es fundamental, especialmente durante el ejercicio, en este caso uno deportivo sería lo ideal.
Entendemos que no te guste usar brasier o te incomoda la barrila, pero hay opciones que te ayudan a tener tus senos en su lugar sin afectar tu comodidad.
4. Hidratación y cuidado de la piel.
Mantener la piel hidratada con cremas o aceites puede mejorar su elasticidad. Por esto, es importante que siempre las humectes e hidrates.
¡Ojo!, no debes bañarlas en crema, pero sí debes ponerle todos los días.
5. Alimentación equilibrada.
Una dieta rica en antioxidantes, como vitaminas y minerales, también es importante para la salud de la piel. A continuación, te contamos en dónde puedes encontrarlos:
Frutas:
- Berries: Fresas, arándanos, frambuesas y moras.
- Cítricos: Naranjas, limones y pomelos.
- Uvas: Especialmente las moradas y rojas.
Verduras:
- Espinacas: Ricas en vitaminas y compuestos antioxidantes.
- Brócoli: Contiene sulforafano, que tiene propiedades antioxidantes.
- Zanahorias: Altas en betacaroteno.
Nueces y semillas:
- Nueces: Especialmente las nueces de pecán y nueces comunes.
- Semillas de chía: Ricas en omega-3 y antioxidantes.
Granos enteros:
- Avena: Contiene avenantramidas, que son antioxidantes.
- Quinoa: Rica en fibra y compuestos antioxidantes.
Té:
- Té verde: Rico en catequinas, un tipo potente de antioxidante.
- Té negro: También contiene antioxidantes.
Especias y hierbas:
- Cúrcuma: Contiene curcumina, un potente antioxidante.
- Canela: Rica en polifenoles.
Chocolate negro:
Contiene flavonoides, que son poderosos antioxidantes, especialmente si tiene un alto contenido de cacao.
6. Evita el sol excesivo.
Proteger la piel de la exposición solar puede prevenir el daño y la pérdida de elasticidad. Por lo que es importante que uses bloqueador solar o no te expongas al sol.
¡Ojo con esto!
Recuerda que la genética también influye en el tamaño de los senos, y los cambios en el ejercicio y la dieta pueden tener efectos variados.
Si tienes preocupaciones específicas, consultar a un profesional de la salud o un entrenador personal puede ser útil.
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