Según la ciencia, pegarle a tus hijos no es precisamente lo mejor para disciplinarlos. Probablemente ya lo sabes, porque lo viviste.
Por esto, es importante que reconozcas que lastimar a tus hijos por su “bien”, solo los trauma y les impide dar lo mejor de sí.
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La ONU, determinó mediante el tratado de la “Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño
Hasta la fecha, 53 estados miembros de la ONU han prohibido la mayoría de las formas de violencia corporal contra los niños.
Tal vez, creas que es exagerado o que a ti te pegaron y estás bien, pero la ciencia asegura que pegarle a tu hijo no le hace ningún bien.
La razón por la que no debes pegarle a tus hijos (según la ciencia)
En un artículo publicado en el Journal of Family Psychology, investigadores abordaron el problema más importante y es que si las nalgadas son comparables con los del abuso físico.
Para hacer esta determinación, los científicos evaluaron más de 100 estudios que representan a más de 160,000 niños.
De los 17 resultados psicológicos estándar del abuso físico, se observaron nalgadas en 13.
Elizabeth Gershoff, profesora asociada de desarrollo humano y ciencias de la familia en la Universidad de Texas en Austin, afirmó:
“Descubrimos que las nalgadas se asociaron con resultados perjudiciales involuntarios y no se asociaron con un cumplimiento más inmediato o a largo plazo, que son los resultados previstos de los padres cuando disciplinan a sus hijos”.
En otras palabras, no solo las nalgadas no afectaron la obediencia, el castigo contribuyó a “un mayor comportamiento antisocial, agresión, problemas de salud mental y dificultades cognitivas”.
Pegarle a tus hijos alimenta una racha de violencia…
Un estudio de 2011 publicado en Child Abuse and Neglect confirmó que las nalgadas pueden dar como resultado un “ciclo intergeneracional de violencia en los hogares” donde se produjo el castigo físico.
En otras palabras, los padres pueden, sin saberlo, estar creando un ciclo perpetuo de violencia física.
Los investigadores que participaron en el estudio entrevistaron a padres y niños de 3 a 7 años de más de 100 familias.
El análisis de la investigación concluye que los niños que son castigados físicamente son más propensos a abrazar la violencia física como un medio para resolver conflictos con sus compañeros.
“Un niño no recibe una nalgada y luego sale corriendo y roba una tienda”, menciona el estudio. Sin embargo, “hay cambios indirectos en la forma en que el niño piensa (y siente) sobre las cosas”.
Ten presente que puedes disciplinar a tu hijo sin la necesidad de recurrir a los golpes.
Lo mejor es que lo eduques con inteligencia y amor, para que no recurras a un método que no le sirve y lo lastima.
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