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7 lecciones que he aprendido desde que me convertí en tía

¡Mis sobrinos son lo máximo!

Y me enseñan tantas cosas

Desde muy joven supe que no quería tener hijos, nunca me imaginé siendo madre y la idea de cuidar a alguien más me parecía imposible.

Hasta que un día mi hermana nos sorprendió con la noticia de que se convertiría en madre, a mi me fascinó saberlo, porque sabía que yo no tenía que hacerme cargo de esa persona.

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Sin embargo, han pasado 10 años, ahora tengo 2 sobrinos y me he dado cuenta de que me he involucrado demasiado en su educación y cuidado.

Y no es porque mi hermana no se haga cargo de sus hijos, simplemente mi papel de tía me ha permitido ser parte de sus vidas.

Aunque sigo fiel a mi decisión de no tener hijos, esos 2 pequeños seres me han enseñado mucho y si tú eres una orgullosa tía te sentirás identificada:

1. Asómbrate.

No importa la edad que tengas, deja que tu niña interior salga y se divierta, que se asombre con las cosas que ya conoce, pero se había olvidado disfrutar.

Deja que esa niña te recuerde tus sueños y te inspire a luchar para alcanzarlos.

2. Diviértete.

No dejes de brincar, correr y reír como si tuvieras 5 años, no importa si los demás piensan que estás siendo una boba, lo que importa es que disfrutes el momento al máximo.

3. Preocúpate por los demás.

Aunque el egoísmo no es malo (en ciertas situaciones), debes prestarle atención a las personas que te rodean.

Probablemente alguien a tu alrededor esté pasando un mal día y si tú llegas con una sonrisa podrás cambiar su ánimo.

4. No compliques las cosas.

Con el paso de los años las cosas se vuelven más complicadas, o al menos eso es lo que crees. Todo es blanco o negro, no hay un punto medio.

Pero, al ser tía, sabes que las cosas no son así, se pueden solucionar en el momento preciso y si dejaste que pasara siempre se puede arreglar con una disculpa sincera o un chocolate.

5. Sé paciente.

Cuando crecemos olvidamos que hubo un día en el que alguien fue muy paciente con nosotros y nos enseñó muchas cosas. La vida adulta nos hace creer que nacimos sabiéndolo todo, pero no es así.

Por eso, siempre debes ser paciente con todas las personas que te rodean.

6. Di lo que sientes.

Cada vez que tengo que cuidar a mis sobrinos me dicen lo mucho que me aman, a todas horas y en cualquier momento. Para ellos es lo más normal del mundo decirlo.

Pero, para los adultos parece algo extraño de hacer o simplemente lo reservamos para momentos especiales, cuando deberíamos decirlo en todo momento.

7. Nada es imposible.

Cuando mis sobrinos tienen un problema buscan la manera de solucionarlo y si no pueden me piden ayuda. En ese momento ellos sienten que es algo imposible de hacer, pero cuando lo dominan se dan cuenta de que son capaces de hacer cualquier cosa a la que se enfrenten.

Por esto, debes recordar que los problemas son pasajeros, que tienen solución y que nada es imposible.

Tal vez, tengas estés pasando por un mal momento, pero pasará, tú puedes salir de él.

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