Las pastillas anticonceptivas pueden ser nuestras mejores aliadas o nuestras peores enemigas.
Si bien nos ayudan a evitar los embarazos no deseados y los desequilibrios hormonales que afectan nuestro organismo, también son responsables de efectos secundarios que no siempre son tan positivos.
Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) reveló que las mujeres que siguen un tratamiento con pastillas anticonceptivas son más propensas a sufrir problemas de depresión.
Pero si pensabas que este efecto es exclusivo de las pastillas, te equivocas. Resultados similares se encontraron entre mujeres que usaban parches y dispositivos intrauterinos diseñados para evitar la concepción.
Según la investigación, las mujeres que tomaban píldoras de progestina (que no contienen estrógeno), eran 34% más propensas a tomar antidepresivos en comparación con las que no usaban ningún tipo de anticonceptivos hormonales.
En el caso de las mujeres que tomaban anticonceptivos combinados (con progesterona y estrógeno), un 23% demostró ser más propensa a usar antidepresivos y con mayor frecuencia en los primeros 6 meses después de comenzar el tratamiento.
La misma publicación también señaló que las mujeres son 2 veces más propensas a sufrir depresión que los hombres, aunque las probabilidades sean iguales antes de la pubertad.
En el estudio se utilizó información de un millón de mujeres y niñas adolescentes de Dinamarca, con edades comprendidas entre los 15 y 34 años, y a las que se les hizo seguimiento desde 2000 hasta 2013.
A pesar de estos resultados, también es importante señalar que cada método anticonceptivo tiene ventajas y desventajas, y que los efectos dependerán de cada organismo.
Además, según los propios médicos que participaron en el estudio, aún faltarían muchísimas investigaciones para demostrar cuál es la verdadera relación de causalidad entre los estados anímicos y la medicación hormonal.
¡Por ahora esperemos y consultemos con nuestro médico cualquier duda!
