Carta para mi ex: Te amé de una forma equivocada. Lo que leerás a continuación son palabras nacidas por hechos reales.
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Carta para mi ex: Te amé de una forma equivocada
Me llegó la claridad y la voluntad de describirte lo que ha sido de mí desde que entendí que no querías estar conmigo.
Confieso que el día uno después de tu partida, me sentía confundida…
¿Cómo es que después de todo lo que hice para evitar que esto pasara, terminó pasando? ¿Por qué a pesar de mis más grandes esfuerzos, terminaste por querer estar sin mí? ¿Por qué si te di todo, prefieres seguir sin mí?
Esas eran las 3 preguntas que no pararon de cruzarse en mi cabeza después de la ruptura y de escuchar tu voz decirme «ya no quiero seguir, para mí, esto es el fin».
Pero el tiempo es sabio y vivir mi duelo me ha ayudado, hoy entiendo muchas cosas y reconozco mis errores, el primero es que te amé de forma equivocada.
Te amé entregándome toda a la relación, te amé con ilusión de un futuro juntos, te amé eligiéndote a ti para cumplir mis sueños.
Y sí, también te amé a ti como lo más hermoso que me había pasado en la vida, pero, me equivoqué. Tengo que aclarar que no erré en amarte, pero sí en la forma en la que te di todo y hasta di de más.
Dicen por ahí que amar es dar sin esperar recibir y sin querer cambiar al otro, me casé con esa idea y me perdí al grado de no darme cuenta que sin reciprocidad no hay equilibrio y sin equilibrio, no hay estabilidad.
Me perdí, me mareé, me ahogué en mi propio gesto de amar, en mi dar y dar y dar, sin darme cuenta que mientras más daba, más me perdía y no podía ver tu amor hacía mí.
Porque sé bien que no esperaba que tú me dieras lo mismo, ni que hicieras lo mismo que yo, pero que a tu manera me hicieras sentir el amor que decías tenerme, sin embargo, eso se esfumó.
Empezaron tus silencios, tus enojos, tu fastidio por discutir y preferir poner distancia que solucionar.
Me hacías creer que yo estaba mal cuando lo único que buscaba era entender lo que pasaba entre nosotros. Inocentemente pensé que si yo ponía de mi parte, nuestro barco seguiría a flote, sin darme cuenta que tú ya no eras un navegante.
Ahora, me llevo todo ese amor y toda esa experiencia a otro mar, uno en el que mi timón del amor propio me ayudará al andar.
Te amé de forma equivocada porque me quedé a tu lado a pesar de no sentirme amada y ser la única que actuaba a favor de una relación que no funcionaba.
¿Me duele despedirme de ti? Sí, así como duele decirle adiós a un sueño que por mucho tiempo deseaste que pasara.
Sin embargo, sé que me esperan nuevos comienzos, otras personas, más experiencias.
No eres un error en mi vida, eres una gran lección de cómo es mejor amarme a mí, antes de entregar mi corazón.
Me despido de ti, te agradezco lo aprendido y lo vivido, te amé, pero de forma equivocada. Adiós.
A mí, me digo:
A la siguiente persona que llegue a mi corazón la quiero amar mejor, sin la presión de darlo todo de mí, sin la necesidad de mantener a flote algo que es de dos, con la disposición de sentir un equilibrio entre lo que doy de corazón y lo que me dan.
Porque amar, no sólo es dar, también es sentir que ambas personas se valoran, se conquistan y crecen juntas eligiéndose un día a la vez.
Me elijo para cumplir mis sueños, me elijo para ser feliz y si llega alguien que quiera caminar a mi lado será desde la reciprocidad que genera el amor bien intencionado.
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