advertisement advertisement
Buscar
  • Escribe al menos 3 letras para buscar.

Señales de que tomas decisiones por impulso (y por eso te equivocas tanto)

Es momento de aceptar tus errores

Y cambiar las cosas

Tomar decisiones por impulso puede llevarte a cometer errores repetidamente, especialmente si no evalúas bien las consecuencias antes de actuar. 

Porque no estás siguiendo tu intuición, ni tampoco estás razonando la decisión, solo dejas que tus emociones te dominen.

Te recomendamos:

Señales de que tu pareja no sabe complacerte en la cama

7 hábitos que tiene un hombre mediocre

¡Échale un ojo al Facebook de Hey Hey Hello! 😉

Y esto está provocando que termines haciendo lo peor para ti. Y al final del día tú te metes el pie. 

A continuación, te dejamos algunas señales claras de que estás decidiendo de forma impulsiva, lo que podría estar afectando negativamente tu vida personal o profesional.

Señales de que tomas decisiones por impulso (y por eso te equivocas tanto)

Advertisement

1. Actúas sin pensar demasiado.

Tomas decisiones en el momento, sin analizar pros y contras. Crees que entre más rápido decidas, mejor para ti, pero no es así.

Sabrás que es así, porque siempre usas frases como: “ya veré qué pasa” o “me lanzo y luego resuelvo”. Y cuando lo peor pasa, decides evitar la responsabilidad.

2. Reaccionas emocionalmente.

Te dejas llevar por la emoción del momento (enojo, tristeza, entusiasmo). Lo emocional supera a lo racional en tus elecciones.

No estás pensando con calma, solo estás dejando que lo que sientes en ese momento te dominen.

3. Cambias de opinión con frecuencia.

Un día decides algo, y al siguiente haces lo contrario. Por esto, tu entorno te percibe como alguien inestable o indecisa.

Y sí, se vale cambiar de opinión, el problema es que tú nunca sabes lo que quieres y, por esto, cambias radicalmente o te dejas llevar por lo que los demás piensen.

4. Sueles arrepentirte después.

Después de actuar, te das cuenta de que no era la mejor opción. Sientes culpa, frustración o ansiedad tras tomar esa decisión.

Tus pensamientos te atormentan, porque saben que elegiste mal y que ahora tienes que lidiar con las consecuencias de esas decisiones.

5. No te das tiempo para reflexionar.

Tomas decisiones rápidas para salir del paso o evitar el malestar de esperar. Prefieres una respuesta inmediata, aunque sea equivocada, que quedarte en la incertidumbre.

Lo peor es que no notas que te equivocaste, porque prefieres seguir tomando otra decisión equivocada, para poder salir adelante.

6. Tus decisiones suelen tener consecuencias negativas.

A menudo terminan en conflictos, pérdidas económicas o frustraciones personales. Lo que lleva a que repites patrones dañinos (relaciones tóxicas, malos negocios, etc.).

Incluso, piensas que alguien más fue quien te metió el pie y te causó todos estos malestares, y no puedes ver que tú fuiste la causante de todo.

7. Buscas validación externa constante.

Decides según lo que otros esperan de ti, sin escucharte a ti misma, crees que al cubrir sus expectativas, podrás salir adelante o, en caso de problemas, ellos te ayudarán.

El impulso viene del miedo a quedar mal o a ser rechazada, pero nunca en tu favor.

¿Qué puedes hacer para cambiar esto?

Respira antes de decidir: un par de minutos puede marcar la diferencia.
Escribe pros y contras: así verás más claramente tu razonamiento.
Haz una pausa emocional: evita decidir cuando estás muy alterada.
Consulta a alguien confiable: una segunda opinión puede ayudarte a ver lo que no ves.
Aprende del error: revisa tus decisiones pasadas para detectar patrones impulsivos.

Síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, TwitterInstagram y TikTok.

Advertisement