Si sientes que ya no puedes vivir sin ese hombre o que siempre debes estar cerca de él, debes ver que te estás obsesionando con él.
Y sí, este es un comportamiento tóxico que no te está haciendo ningún bien y que deberías modificar.
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Reconocer que te estás obsesionando con un hombre es un paso valiente y muy importante para cuidar tu bienestar emocional.
La obsesión no es amor, es dependencia emocional, ansiedad y un desequilibrio que puede hacerte daño a ti y afectar la relación.
Por esto, debes ver que te estás obsesionando con ese hombre y que estás cruzando la línea de desear una relación con él a tener una relación tóxica.
Señales de que te estás obsesionando con ese hombre
1. Piensas en él todo el tiempo.
No puedes concentrarte en otras cosas y cualquier actividad te recuerda a él, incluso sin razón. Y no es solo que llegue a ti, sino que tú te obligas a recordarlo o a tenerlo presente y eso no es tan sano como crees.
2. Revisas constantemente si te escribió.
Estás pendiente del “en línea”, las historias, si vio tu mensaje o si cambió su foto de perfil. Sientes ansiedad si no responde rápido y te emocionas demasiado cuando te contesta.
No es que estés en la etapa de enamoramiento y, por eso, tanta euforia, sino que “vives” esperando sus mensajes y si no llegan te pones demasiado triste o hasta te enojas.
3. Idealizas todo de él.
Ignoras o justificas sus errores y actitudes negativas. Lo ves como “perfecto”, aunque haya señales de que no te trata bien o de que tiene comportamientos dañinos.
Te estás obsesionando tanto que has decidido ignorar sus defectos, porque te has hecho a la idea de que cuando formalicen él cambiará por ti y por tu amor, pero te equivocas.
4. Dejas de priorizar tu vida por él.
Cancelas planes, cambias rutinas o dejas tus intereses para estar disponible para él. Porque ese hombre se ha convertido en el centro de tus decisiones.
Ya no puedes vivir tu vida con normalidad, porque ahora te enfocas en que él sea feliz o esté a gusto.
No te das cuenta de que te estás obsesionando con complacerlo y te estás dejando a un lado.
5. Espías sus redes o buscas pistas constantemente.
Te obsesionas con saber con quién habla, a quién le da “me gusta” o si sigue a otras mujeres. Ver sus redes sociales te genera celos e inseguridad con frecuencia.
Y no dejas de hacerlo, porque no quieres perderte ningún detalle.
6. Tu estado emocional depende de él.
Si te escribe, estás feliz. Si no, estás mal. Tu paz mental depende de su atención o validación y este es un terrible error.
Porque tu obsesión ya te está pasando factura, pero ignoras esto, porque prefieres seguir dependiendo de ese hombre que estás sin él.
7. Haces planes mentales de futuro sin base real.
Fantaseas con casarte, tener hijos o vivir juntos, aunque apenas se conocen o no hay señales claras de reciprocidad.
Tú ya estás imaginando toda una vida con ese hombre, cuando él ni siquiera te ha dicho que le gustas o que busca algo serio contigo.
8. Toleras cosas que normalmente no aceptarías.
Justificas sus mentiras, desplantes o desinterés solo para no perderlo. Temes tanto a perderlo que te traicionas a ti misma.
9. Te cuesta hablar de esto con alguien.
Sientes que, si lo cuentas, otras personas notarán que estás perdiendo el equilibrio emocional. Te avergüenza tu nivel de dependencia, pero no lo sueltas, porque te aferras a creer que él es el amor de tu vida.
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