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Señales de que tu relación ya dio lo que tenía que dar

Abre los ojos

Toca aceptar y seguir

¿Crees que tu relación ya dio lo que tenía que dar? Es decir, no es que se detesten, sino que su realidad ya no los inspira, al contrario, empieza a robarles energía.

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A veces pasa, las relaciones terminan porque el amor no duró y de ser así, mientras más pronto lo acepten, mejor, podrán hablarlo y trabajarlo para ver cuál es el siguiente paso, si es separarse en buenos términos o intentar revivir la chispa.

Señales de que tu relación ya dio lo que tenía que dar

Sé sincera y si identificas esto en tu relación, tendrás que charlar con tu pareja, averiguar cómo se siente y decidir qué hacer, en beneficio de tu paz y por el vínculo que los une.

1. Tienen más malos momentos que buenos.

Empiezan a discutir por lo que antes no era problema, están de un humor extraño el uno con el otro, a la defensiva y en la incomprensión.

2. La indiferencia es rutina.

Los «buenos días», sí los hay, son más por rutina y educación que por ser un gesto amoroso entre dos personas que se elijen a diario para hacer una vida el uno junto al otro.

3. No se procuran nuevas experiencias juntos.

Están carcomidos por la rutina, las responsabilidades, lo que estás acostumbrados a hacer en su etapa de vida y como pareja.

Han dejado de buscar las experiencias que nutran y evolucionen su relación.

4. Hacen más cosas solos que juntos.

Una de las señales inequívocas de que su relación ya dio lo que tenía que dar es cuando la individualidad pasa de ser un fundamento, a ser el pretexto para no estar en la relación, ni para la pareja.

Es distinto mantener nuestra individualidad, a ocuparla como una barrera para hacer a un lado la relación amorosa.

5. La rutina no ha cambiado.

Tienen mucho tiempo haciendo lo que están haciendo.

6. La intimidad es cosa del pasado.

Ya no se procuran por la noche, ya no hay interés en conectarse piel a piel.

7. De forma individual, te sientes perdida.

Estás pasando por un momento difícil emocionalmente, comienzas a sentirte perdida, inquieta, angustiada, estás entendiendo que las cosas no están bien, no te sientes «como antes».

8. Sientes que tu pareja no es feliz.

Percibes que tu pareja no es feliz, aunque suene a cliché, no tiene ese brillo en los ojos que antes notabas cuando te miraba, ni ese mismo entusiasmo por planear un fin de semana juntos en casa, lo percibes distante, frío y cansado todo el tiempo.

9. Sabes que hay cariño, pero el amor se transformó en la familiaridad de conocerse.

Lo anterior no implica que estén dejando de sentirse «cómodos», eso es lo confuso.
Se conocen, el tiempo juntos les ha dado la bondad de saber qué les gusta y qué no, distinguen sus necesidades y puntos de vista, coinciden en lo que hasta hoy les hizo coincidir en una relación amorosa, pero esa familiaridad es la que también se tiene con un amigo.

Sin atracción, sin deseo, sin complicidad, sin una intimidad firme, actualizada y real, son sólo un par de amigos.

Recuerda que la intimidad no es solo ir a la cama, son esos momentos de vulnerabilidad, pláticas profundas, la confianza nata, eso es la intimidad.

10. Te atraen otras personas y sospechas que a tu pareja le pasa lo mismo.

Ahora, empiezas a sentirte atraída por otras personas y tu pareja, también.

Si la relación ya dio lo que tenía que dar, no es culpa de nadie.

Nos han hecho creer que las buenas relaciones tienen que ser largar, eternas, algo así como «hasta que la muerte nos separe», y si bien, eso es respetable para algunas personas y para algunas parejas, hay otra forma de concebir una relación.

Hay relaciones que solo nos van a acompañar un tiempo y que serán geniales así, el amor fue intenso, profundo y bello, pero cumplió su etapa.

No todas las relaciones tienen que acabar con gritos y sombrerazos, ni tener las mil reconciliaciones candentes, algunas simplemente se terminarán con un dolor en el pecho, pero con la certeza de que ya no había más y que lo mejor es seguir cada quien en su camino.

Hay personas lindas que están hechas para estar y después, dejarnos con sus enseñanzas una vez que cumplieron su ciclo y nosotros cumplimos el nuestro en su vida.

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