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Señales de que estás tomando decisiones desde el dolor

Es momento de ver tu error

Y de sanar

Tomar decisiones desde el dolor puede llevar a resultados no deseados, porque no estás pensando en seguir adelante o en superar la situación, sino en herir.

Así como lo lees, pareciera que te quieres estrellar o lastimar a alguien por un suceso del pasado y esto no te está haciendo ningún bien.

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Entendemos que estás tomando decisiones desde el dolor porque te lastimaron o te sientes perdida, pero debes darte cuenta de que no estás logrando nada de esta forma.

Incluso, te estás lastimando a ti misma y estás causándote más problemas innecesarios. Por esto, es momento de que veas tu error y lo corrijas, porque si sigues así, la única que perderá, serás tú.

Señales de que estás tomando decisiones desde el dolor

1. Reacciones impulsivas.

Si sientes que estás actuando sin pensar, es porque estás realizando un intento desesperado de escapar del dolor inmediato.

Pero esto solo te provoca más conflictos, porque no piensas en actuar, solo quieres dejar de sentir.

2. Sentimientos de desesperación.

Si constantemente te sientes atrapada y crees que cualquier decisión es mejor que la inacción, es claro que te estás dejando llevar por el dolor.

Porque no escuchas ni entiendes tus emociones, solo dejas que el impulso te diga qué hacer.

3. Evitas el conflicto.

Si eliges soluciones que no abordan el problema real solo para evitar enfrentamientos, te estás equivocando.

Estás herida, pero no eres capaz de aceptarlo ni de solucionarlo, solo quieres omitirlo y hacerle creer a los demás que nada te lastima o que todo te da igual.

4. Proyección de emociones.

Cuando tus decisiones están influenciadas por el resentimiento o la ira hacia otros, en lugar de una evaluación objetiva.

Como ya mencionamos, te enfocas en tomar decisiones que lastimen a los demás, sin pensar en las consecuencias, solo quieres que los demás sientan lo mismo que tú.

Buscas empatía, pero lo estás haciendo de la forma equivocada.

5. Desequilibrio emocional.

Si te sientes abrumada por tus emociones y no puedes ver la situación con claridad, es claro que existe un problema con tus decisiones de vida.

Porque estás sintiendo todo de golpe y no sabes cómo manejar tus emociones, incluso, piensas que debes reprimirlas.

6. Falta de claridad en tus objetivos.

Es decir, si tus decisiones no están alineadas con tus valores o metas a largo plazo, es porque las estás tomando desde el dolor.

Incluso, desde la perspectiva de otra persona, porque te estás dejando llevar por lo que alguien más quiere.

Porque después de tomar decisiones sientes que has traicionado tus principios o te arrepientes rápidamente.

7. No estás contenta con el resultado.

Cuando tomamos buenas decisiones y no obtenemos los resultados que deseábamos, no sentimos arrepentimiento, porque aprendemos de la situación y entendemos por qué no se dio.

Sin embargo, cuando lo hacemos desde el dolor, nunca estamos felices de cómo se dieron las cosas e incluso, buscamos a un culpable.

Creemos que alguien, la vida, el destino y hasta dios, está jugando en nuestra contra, pero no aceptamos que elegimos mal y desde un lugar que nos hace sufrir.

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