Es momento de que seas sincera contigo misma y veas que estás perdiendo tu identidad por culpa de ese hombre.
Lo sabemos, entraste aquí por curiosidad, pero la realidad es que te sientes identificada y hasta atacada, y por esto, quieres leer las señales para después negarlas todas sin analizarlas.
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Sin embargo, necesitas tomarte esto con calma y tranquilidad, porque no es un ataque, sino una advertencia. Ya que, perder tu identidad por un hombre, podría salirte más caro de lo que crees.
Porque no solo se trata de adaptarte a lo que tu pareja desea, sino que también significa perderte a ti misma, para complacer a alguien más. Incluso, que puedes darle todo de ti a un hombre que solo está jugando contigo.
Por esto, es momento de que abras los ojos y veas que te estás equivocando y mucho…
Señales de que estás perdiendo tu identidad por ese hombre
1. Has dejado de hacer cosas que antes te apasionaban.
Desde hobbies, amistades, rutinas y hasta tu trabajo, todo queda en segundo plano por él.
Incluso, muchas cosas decidiste abandonarlas por su consejo o porque te aseguró que le quitaban tiempo de calidad a la relación.
2. Cambias tus opiniones para evitar conflictos.
Empiezas a decir “sí” aunque quieras decir “no”, o haces lo posible por no llevarle la contraria.
No es solo que quieres quedar bien con él, sino que todo el tiempo estás cediendo a lo que a él le conviene, sin importar que esto te afecte a ti.
3. Tu estado emocional depende de cómo él esté.
Si él está bien, tú estás bien, pero si él está distante o molesto, sientes que te desmoronas o que debes hacer mil cosas para recuperar su amor.
Has perdido tanto tu identidad, que ahora ya no puedes ser feliz por ti misma, sino que siempre debes de él.
4. Sientes que te estás volviendo “pequeña”.
Antes eras más espontánea, segura o expresiva, pero ahora temes molestar, incomodar o “ser demasiado”.
Por esto, crees que sigues siendo tú misma, pero en una versión más chiquita, para que así él no se moleste por tus cualidades.
5. Te aíslas sin darte cuenta.
Ves a tus amigos y familiares mucho menos, o ya no compartes con ellos lo que te pasa. Crees que aún tienes una buena relación con ellos, pero no es así, porque los has alejado y dejado en el último lugar.
Ya que, estás tan concentrada en ese hombre que no puedes dedicarles ni un minuto de tu tiempo.
6. Te justificas constantemente.
Lo excusas ante tu entorno o ante ti misma, incluso cuando su comportamiento te duele. Aseguras que solo es una fase o un mal momento, pero no puedes ver que hay un problema grave con su forma de ser.
7. Te cuesta recordar qué quieres tú.
Metas, sueños, límites, todo se ha vuelto difuso porque estás demasiado enfocada en él.
Incluso, cuando analizas tus deseos, te das cuenta de que han cambiado, porque no son las cosas que tú querías, sino que ahora mencionas todo lo que él quiere o te ha impuesto.
8. Te comparas con lo que él quiere.
Empiezas a cambiar tu forma de vestir, tus gustos o tu comportamiento para “encajar”. Es como si una parte tuya estuviera reprimida o dormida para que la relación funcione.
Además, te “castigas” cuando te das cuenta de que no puedes cumplir con el estereotipo que él desea y buscas la manera de compensárselo.
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