Si ya estás perdiendo la esperanza en el amor y en conocer al amor de tu vida, es momento de que te tomes una pausa y veas que no todo está perdido.
Lo sabemos, los prospectos son escasos y dejan mucho que desear, pero esto no significa que el indicado nunca llegará.
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No queremos decirte las clásicas frases cliché de que le debes dar tiempo al tiempo o que llegará cuando deba llegar.
Para que no pierdas la esperanza y veas que no es el momento para el amor en pareja, te damos algunos motivos que te harán ver que hoy tienes mucho o que necesitas seguir aprendiendo, para que después todo esto lo compartas con un hombre que sí valga la pena.
Razones para no perder la esperanza en encontrar al amor de tu vida
1. Sigues creciendo y madurando.
A medida que evolucionas y te conoces mejor, también te vuelves más capaz de reconocer y mantener un amor sano y auténtico.
Cada experiencia, buena o mala, te acerca a lo que realmente necesitas. Y en este momento no es para el amor, sino para que sigas aprendiendo sobre ti y sobre lo que quieres, buscas y necesitas en una relación amorosa.
2. No ha llegado quien busca lo mismo que tú.
Puede sonar cliché, pero es real. El amor no es un recurso escaso. Hay millones de personas con corazones enormes esperando a alguien que los entienda y los quiera por quienes son.
Lamentablemente, tú sigues atada o cayendo en patrones que no te hacen ningún bien. Necesitas soltar a esos amores para que llegue esa persona que desea lo mismo que tú.
3. El cerebro humano está cableado para amar y ser amado.
Desde la neurociencia se sabe que el amor no es solo una emoción bonita, es parte de nuestra biología. Estamos literalmente diseñados para conectarnos profundamente con otros.
Así que, si quieres datos sólidos para no perder la esperanza en el amor, este es uno de ellos. Es decir, tu cerebro, en algún momento, te llevará a estar con el correcto, solo necesitas ser paciente.
4. No hay una edad “correcta” para encontrar al amor.
Lo sabemos, probablemente estás perdiendo las esperanzas en encontrar el amor de tu vida, porque sientes que ya no eres tan joven o porque te han dicho que se te está pasando el tren.
Pero debes saber que hay gente que conoce a su persona ideal a los 20, a los 40 o a los 70. El tiempo del corazón no siempre coincide con el del calendario y menos con la presión o expectativas de otras personas.
5. El amor no siempre llega cuando lo buscas… pero sí cuando estás lista.
Muchas veces el amor aparece cuando has aprendido a estar bien contigo misma. Por esto, estar en paz contigo puede abrirte las puertas a un amor más completo y recíproco.
Y si no ha llegado, es porque hay cosas que no has sido capaz de resolver y que necesitan tu tiempo, energía y dedicación.
6. Cada día es una nueva oportunidad para un encuentro inesperado.
Una mirada en la calle, una conversación en un café, un mensaje en una app… El amor puede surgir de las formas más simples y sorpresivas.
Ya lo dijo Alejandra Guzmán: y de pronto, un día de suerte, se me hizo conocerte. Y te cruzaste en mi camino, ahora creo en el destino. Sí, es una canción, pero también hay una gran probabilidad de que suceda.
7. El amor empieza por ti.
Cultivar tu amor propio no solo te hace sentir mejor, sino que te pone en sintonía con personas que también están en ese camino. Y eso, muchas veces, es el inicio de algo verdadero.
Sé que hay días en los que parece que el amor se esconde, que las historias felices solo pasan en películas o para otras personas.
Y está bien sentir eso. Está bien cansarse, llorar un poco, cerrar la puerta del corazón por un rato. Pero no olvides algo: el amor no siempre llega cuando lo esperas, pero nunca deja de buscarte.
A veces se disfraza de amistad, de coincidencia, de segunda oportunidad. A veces tarda, porque tú también te estás construyendo para recibirlo de verdad, para reconocerlo sin miedo.
No estás sola, hay otros corazones allá afuera, heridos pero valientes, que también sueñan con una conexión que no duela, que no se escape, que no se disfrace de algo que no es. Y quizás uno de esos corazones está a punto de cruzarse con el tuyo.
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