En algunas ocasiones el amor se acaba, sin embargo, las personas involucradas deciden seguir juntas, ya sea por comodidad, monotonía o porque no son lo suficientemente valientes para irse.
La costumbre puede más que el amor, tanto propio como a la otra persona.
Te aferras a que tal vez el tiempo lo solucione y todo vuelva a la normalidad. Él volverá amarte como lo hacia antes, solo tienes que ser paciente.
¡No te engañes!
Ya no te quiere y te aferras a él por estas razones:
-Dependes de él
Has estado tanto tiempo con él que ya no sabes qué hacer si no está. Ya no sientes amor, simplemente te acostumbraste a su presencia.
*Puedes seguir perfectamente sin él, tu vida no se vendrá abajo si falta, podrás empezar a conocerte a ti misma.
-No quieres estar sola
Le temes a no encontrar a alguien más después de él. Crees que toda la vida estarás sola y nadie te volverá amar.
*Siempre habrá alguien que te quiera y esa persona eres tú.
-Tu baja autoestima
Crees que eso es lo que mereces, has llenado tu cabeza de emociones negativas que no lograrás tener una relación sana, feliz y estable.
El resultado es que “lo amas” porque no te amas a ti misma y si él te amará, ese amor propio llegaría a ti.
*Tu falta de amor propio es lo que provoca que te sientas de esa manera, necesitas empezar a quererte más.
-No sabes cuidarte
Sentías tan bien que te protegiera que dejaste todo en sus manos, tienes miedo de salir herida si tomas las riendas de tu vida.
A ciencia cierta nadie lo sabe, necesitas aventurarte y aceptar las consecuencias de tus actos.
-Quieres torturarlo
Su relación nunca fue buena, ahora quieres hacerlo pagar por los errores que cometió, que se sienta culpable y miserable de que lo ames.
*También te torturas a ti, dañas tu autoestima y tu integridad.
Deja de aferrarte a él, no va a cambiar de opinión.
Aunque es difícil, tienes que dejarlo ir. Tu amor propio y dignidad valen más que cualquier “amor” y más cuando no es correspondido.
Reflexiona la situación, sana tus heridas y comienza otra vez.