Dicen por ahí: «Jamás se vayan a dormir enojados», de hecho, es una de las recomendaciones más comunes, sin embargo, ¿qué tan adecuada es? De eso queremos platicar contigo.
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«Jamás se vayan a dormir enojados»
El «no se vayan a dormir enojados» es uno de los consejos más populares que las personas dan cuando empiezas a vivir con tu pareja pero, ¿realmente es algo positivo?
Nosotros queremos poner en perspectiva algunos aspectos para que lo apliquen en la intimidad de tu relación:
1. No sientas culpa si no se logra.
Es decir, no te sientas mal porque se fueron a dormir enojados, elimina esa sensación incómoda de que está mal dejar las cosas «tensas» o «distantes».
2. Es sano enfriar la emoción para hablar más racional.
Resulta positivo que tras una diferencia, ambas partes puedan enfriar sus emociones para poder prepararse para hablar de forma más racional y constructiva.
3. Si no mejora que no empeore.
Forzar a solucionar todo para poder ir a dormir ya reconciliados puede propiciar que todo empeore. Forzar la reconciliación, la solución o la negociación resulta contraproducente.
Sabemos que puede ser difícil conciliar el sueño con una discusión de pareja pero, se puede si se procura lo siguiente.
-Si no hay solución, pausen con diálogo la discusión, por ejemplo: «qué te parece si nos vamos a dormir, ambos estamos cansados y eso no está ayudando, mañana por la mañana retomamos el tema más tranquilos».
-El que proponga la pausa que retome la conversación: «siento que no estoy aportando nada positivo, me gustaría que mañana pudiéramos hablar de esto, necesito ver esto más claro».
-Muestren interés en el bienestar del otro: «me importa que estés tranquilo y duermas bien porque te levantas temprano, vayamos a descansar y mañana, con la cabeza fría, retomamos esto para platicar con calma, por ahora, descansa».
-Que el amor no se ponga en duda: «me siento molesto por la situación pero eso no cambia mis sentimientos por ti».
-Eviten que se haga un hábito, esta pausa sólo funciona cuando no es una constante.
Dejar pasar un poco de tiempo ayuda a ver el panorama distinto, dicen que las emociones sólo duran 90 segundos, después de ese tiempo, son nuestros pensamientos y la forma en la que los manejamos lo que nos dirige en las circunstancias. Por ello, es importante poder darnos tiempo para replantear lo sucedido.
Eso sí, nunca aplicando la ley del hielo, es decir, ignorando a nuestra pareja.
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