Importa tu dolor, importan tus sueños y los planes en común pero no debes dudar que no perdiste a quien te dejó ir, se perdió de todo lo que eres…
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A veces, nos dejamos llevar por el dolor o la desilusión y vemos en la persona que se fue, un sueño perdido.
Nos encontramos con la frustración, la impotencia y el desánimo.
Vemos cómo se aleja de nuestro camino y nos arde el pecho, lloran nuestros ojos y la garganta se nos cierra con sabor a decepción.
En esos momentos difíciles, perdemos de vista que no somos nosotras quienes perdemos, sino que son ellos los que se están perdiendo a una buena mujer.
Una mujer que los amó más de lo que merecían, una mujer que dio todo por la relación, que cada día se esforzó porque todo funcionara.
Es normal que el dolor no sea un buen consejero, pero debemos aprender a escuchar a nuestro amor propio, esa voz que sabe que en nosotros no quedó.
No perdiste a quien te dejó ir, se perdió de todo lo que eres…
Entonces, no, no perdiste a quien te dejó ir, al igual que muchas de nosotras, eres una gran mujer, un ser humano que ahora tiene la posibilidad de empezar de cero.
Quien te dejó ir se ha perdido de todo lo que eres, dejó ir el amor puro que le tenías, se perdió de la maravillosa forma de amar que alguien más sí sabrá valorar.
Así que alégrate, sí, alégrate por haber perdido a quien no valora lo que eres…
Ahora, con su partida, dejó espacio para que pueda pararse firme a tu lado, aquella persona que vea en todo lo que representas.
No mires atrás, a menos que sea sólo para agradecer las enseñanzas.
Sigue adelante con la firme convicción de que la historia terminó porque no supieron apreciarte y tu amor propio no dejó que te humillaras más al lado de quien no supo amar.
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