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Ni gorditas ni flacas, la complexión no debería definirnos

Hablemos de cualidades no de características

Empoderar con palabras

¿Cuántas veces no nos hemos referido a una persona por su imagen, por su talla o kilos? Dejemos de hacerlo, no somos ni gorditas ni flacas, la complexión no debería definirnos.

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No siempre lo hacemos con una mala intención, pero a veces solemos recordar a la gente por la forma en la que se ven y no por lo que nos dejan o por su mejor cualidad.

«¿Te acuerdas de Laura, una gordita que se sentaba en la esquina del salón?», «¿Recuerdas a Elena, la flaca que siempre te seguía a todos lados?».

A eso, que suena común, le podemos sumar otras palabras y seguiría sonando común:

«¿Te acuerdas de Laura, una gordita morenita que se sentaba en la esquina del salón?», «¿Recuerdas a Elena, la flaca que parecía popote que siempre te seguía a todos lados?».

Expresarnos así sólo refleja lo que nosotros percibimos, eso habla más de nosotros que de la gente en sí.

Ni gorditas ni flacas

¿Qué pasaría si nos expresáramos así?

«¿Te acuerdas de Laura, una chica de ojos súper expresivos, que siempre se arreglaba muy lindo y que era muy buena en literatura», «¿Recuerdas a Elena, una chica muy sociable, que siempre tenía una sonrisa para todos y que le encantaba juntarse contigo?».

¿Te das cuenta cómo se puede empoderar a la mujer a través de las palabras?

No es que tenga algo de malo hablar de las personas por su apariencia en sí, sobre todo cuando no es nuestra intención ofender, pero lo que sí podemos hacer es cambiar la forma en la que percibimos a otras mujeres, cómo las recordamos y cómo nos expresamos de ellas.

Primero, por nuestro género, por poder hablar más de nuestras cualidades antes de nuestras características. Después porque como personas, sí, incluyendo a los hombres, podemos percibir a los otros de forma más valiosa y menos superficial.

¿Qué quieres que sea lo que nos defina, nuestras cualidades o nuestras características?

¡Ni gorditas, ni flacas, somos mujeres!

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