Si aún recuerdas esos momentos donde te molestabas con tu mamá porque no te dejaba llegar tarde de la fiesta o te exigía mantener tu recámara en orden, te diremos que si tienes la oportunidad de agradecerle, lo hagas en este preciso momento y si ya no, la recuerdes con el cariño más genuino que tu corazón puede formar.
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Según un estudio de la Universidad de Essex en Inglaterra, en el cual le dieron seguimiento a la vida de 15 mil 500 niñas de 13 a 14 años durante el periodo del 2004 al 2010, las jóvenes que tuvieron madres más exigentes, lograron mejores resultados en su vida adulta.
Y no nos referimos al éxito como un punto de vista meramente económico.
Aunque sí se reflejó en mejores salarios; el estudio también considera como una característica de estas mujeres exitosas que fueron candidatas a asistir a buenas universidades y tuvieron menos posibilidades de quedar embarazadas durante su adolescencia.
Todo lo contrario a lo que ocurría con las hijas de madres permisivas y consentidoras.
El estudio también consideró un aspecto menos obvio que deseamos compartirte, ya que señaló que las metas de vida de las hijas están sumamente influenciadas por las expectativas de las propias madres, así que a tu hija ponle el ejemplo de tener ganas de hacer cosas, de superarte y de ser feliz.
Te invitamos a que si eres madre de una niña, no sólo seas su amiga, también exígele a dar lo mejor de sí misma y por supuesto, motívala a fijarse grandes objetivos que seguro con tu apoyo y su entusiasmo podrá alcanzar.
Te recomendamos poner en práctica esto:
1. Confía en ella.
2. Entiende que su época de vida es muy distinta a la tuya.
3. Es muy válido que le establezcas límites.
4. Que entienda que su esfuerzo le traerá recompensas.
5. Que crea en ella misma.
Estamos seguras que podrán mejorar su relación si pones en práctica los puntos anteriores.
