Todas tenemos ese ligue de oficina inocente… la pregunta es, ¿qué vamos a hacer con él? Bueno, tenemos varias opciones…
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Hay dos opciones en cuanto a ligue de oficina:
1. Cuando trabajas con él.
Esta opción siempre es complicada, pues cada compañía tiene diferentes reglas en cuanto a sus empleados. Algunas son más laxas y otras prohíben enamoramientos. Si tu caso es el primero, entonces vas por buen camino, si no, entonces deberías preguntarte si lo vale como para arriesgar tu trabajo.
2. Cuando no trabajas con él.
Este es el caso de oficinas en espacios compartidos, tipo coworking al estilo de WeWork. Aquí no hay mucho problema, ya que no se rigen por las mismas reglas.
Ya que analizaste tu camino, ahora viene lo emocionante. Primero asegúrate de que tu ligue sí sea un ligue y no un producto de tu imaginación. Pídele a alguna compañera que se fije si te observa mientras tú no ves. Si es así, tienes una meta.
Tu objetivo será que te pida tu número, pero no puedes ser muy obvia. Empieza a subir la calidad de conversación que manejan. Habla sobre películas que están en el cine o conciertos que vienen pronto. Sutilmente dirige el intercambio de palabras hacia algún gusto en común que tengan.
Nunca debes verte desesperada, sólo casual. Si tarda en pedirte tu número, no pasa nada, hay más opciones. Puedes pedirle a tus amig@s que organicen una comida o cena y que lo inviten, ahí tienes un approach más íntimo.
¡Buena suerte! Y recuerda que estas cosas llevan tiempo.
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