Anoche, de la nada, entre la nostalgia y la oscuridad de mi recámara, cuando ya me disponía a dormir, mis pensamientos se dirigieron a la reflexión y quiero compartirte las lecciones de amor y desamor que aprendí en mi peor relación.
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Ya llevo un rato soltera después de ese trágico final que fue lo mejor que me pudo pasar en la vida.
Terminar la peor relación amorosa que he tenido no fue fácil, tuve que reaprender a amarme, estaba tan perdida que había olvidado lo que era el amor propio y me enfoqué en solo dar amor.
Pero, ahora, con tiempo y distancia, tengo todo más claro.
Pude dividir en dos clasificaciones básicas todo lo que al día de hoy ya puedo ponerle palabras precisas más allá de las emociones:
Lecciones de amor y desamor que aprendí en mi peor relación
Empezaremos con las lecciones de amor…
Intentó amarme, pero no tenía las herramientas para amarme bonito
Estoy segura que a pesar de todo lo malo que vivimos juntos, él me amó, pero no tenía las herramientas emocionales para construir un vínculo sano conmigo o con alguna otra mujer.
A la fecha, creo que él no estaba consciente de todo lo que pasaba con él mismo y conmigo.
Hizo sacrificios por la relación
Por algo me quedé ahí algún tiempo, sí dio de sí en la relación.
Me presentó a sus amigos y a su familia
Me dio un lugar en su vida y una vez que nuestra relación se consolidó, ambos empezamos a incluirnos en fiestas familiares y reuniones con amigos.
No hubo que pedirlo, exigirlo o pelear por ello, simplemente fluyó. Una muestra de que el que quiere, puede.
Tenía buenas intenciones, pero no siempre fue así
Al principio de la relación fue detallista y varias veces intentó tener gestos conmigo porque recordaba mucho mis hobbies o las cosas que me gustaban.
Era caballeroso
Fue una persona muy atenta conmigo, siempre me procuró y me cuidaba mucho.
Ahora, las lecciones de desamor que aprendí en esa relación
¿Identificas algo de esto en tu relación? Mucho ojo, no tiene que ser la misma situación, pero sí puede coincidir en lo mal que te hace sentir.
Su pasado amoroso era un foco rojo que no quise ver
Cuando empezábamos a salir me platicó de su pasado amoroso y creo que si hubiera sido más suspicaz, hubiera pensando que había algo «raro» en él, pero no me di cuenta que lo que me platicaba describía una parte oscura que después de tocaría conocer.
No reconocía su celos, entonces, ¿cómo mejoraría en algo que él no vería como «problema»?
Era celoso, pero jamás lo reconoció, por consecuencia, nunca se disculpó por su desconfianza, pensar mal de mí o amargarme salidas sola.
Tampoco trabajó en esto, al no estar consciente de sus celos o no querer reconocer que era celoso, nunca lo vio como algo que podía mejorar.
Sí, era caballeroso… ¿o controlador?
El problema fue cuando comencé a ver que esto podría ser para controlarme. Además, cuando se enojaba, dejaba de hacerlo drásticamente, se iba de un extremo a otro según si yo «la regaba».
No le gustaba hablar de los problemas
Otra lección de desamor es que no le gustaba quedarse en las discusiones, siempre las evadía, la mayoría de sus argumentos se iban en mi contra «que yo tenía la culpa» o que «yo me lo ganaba».
No quería compartir mis gustos
Si bien tuvo sus detalles para complacerme, sobre todo al principio de la relación, después era un verdadero triunfo que viéramos en el cine la película que yo quería, o viéramos en la casa, la serie que yo esperaba.
Generalmente, yo era la que accedía a las actividades que él quería, mientras él perdió la reciprocidad en esos pequeños detalles.
Estas son las lecciones de amor y desamor que aprendí y entiendo
Ahora, vero todo más claro, ya no con peso emocional, solo veo los hechos.
Estas lecciones de amor y desamor que aprendí en mi peor relación, me enseñan que a veces, por eso es tan difícil salir de una relación tóxica.
Te confunden porque por un lado ves cosas que valen la pena, pero cuando se ponen en la balanza, notas que lo complicado y tóxico, es más ancho, más pesado, más presente, sin embargo, uno se aferra a los instantes de felicidad.
Si estás pasando por algo así, quiero abrazarte, sé que es complejo, pero mi consejo es que escuches la voz de tu amor propio y prestes atención al origen de tu paz, porque si sientes que tienes que estar haciendo malabares para estar tranquila o que él «no se enoje», algo anda muy mal.
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