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5 lecciones que aprendí a la mala de mi última relación

¡No era la mejor relación!

¡Y lo sabía desde el inicio!

Mi última relación amorosa me dejó con un gran vacío y no porque creyera que esa persona era mi ideal, sino porque aprendí a la mala muchas cosas que ya sabía.

Él fue un gran amigo, pero una pésima pareja. Sentía que a su lado sabía quien era y lo que quería, pero la realidad fue otra.

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Después de terminar me di cuenta de que estar a su lado me hacía mucho daño, dejé de ser yo misma para convertirme en todo lo que él quería.

Al final, luché por complacerlo y no pude “mantenerlo” a mi lado, pues no solo debía cambiar yo, él también y nuestra relación.

Aprendí a la mala muchas cosas que prometí que no haría por amor y por esto, hoy quiero compartirlas, para que no te pase lo mismo.

5 lecciones que aprendí a la mala de mi última relación

1. No debo rogar por amor.

Siempre pensé que debía exigirle a mi pareja amor, que debía recordarle amarme y que necesitaba pedírselo para que me sintiera mejor.

Estaba en un terrible error, una persona que te ama siempre se esfuerza en hacerte sentir querida. No necesitas exigirle nada pues te lo estaría dando porque sabe que eso te hace feliz.

El problema fue que le rogaba amor a alguien que no me quería y no estaba dispuesto a dármelo.

2. Que no debo forzar a nadie a quererme.

Siempre he sabido que no soy monedita de oro para caerle bien a todos, sin embargo, esto se me olvida en mis relaciones amorosas.

Cuando me gusta alguien me esfuerzo por llamar su atención, pero con mi última relación forcé a un amigo a que me quisiera.

Lo que desencadeno a un “amor forzado”. Entendí que, así como a mi no me gusta ser forzada a realizar algo que no quiero, tampoco debo hacerle lo mismo a los demás.

3. Debo irme cuando no me siento segura.

Mi sexto sentido me decía a gritos que algo no estaba bien y yo decidí no escucharlo. Estaba segura de que existían mentiras o verdades a medias, pero mi amor me cegó y no me permitió verlas en el momento adecuado.

Cuando alguien te ama te demuestra confianza y lealtad, provoca que te sientas segura y a salvo en sus brazos y aunque esté lejos sabes que no hará nada malo.

Lamentablemente, nunca me sentí de esa manera en mi última relación.

4. No debo conformarme con poco.

A veces, por amor decidimos aceptar menos de lo que sabemos que merecemos. Creemos que amar por los dos o justificar ciertas acciones de nuestra pareja salvarán la relación.

Algunas veces el otro se da cuenta del mal que hace y mejora su comportamiento, pero en la mayoría de las veces se aprovecha de ese amor.

Aprendí a la mala, que nunca debe aceptar migajas de amor cuando yo estoy dispuesta a darlo todo.

Necesito estar a alguien que esté a la altura de mi amor y principalmente que esté dispuesto a dar lo mismo que yo.

5. Una relación es de dos.

Siempre tuve miedo de que un tercero llegara a mi relación amorosa y la destruyera, me preocupaba por lo que otros le hicieran a mi relación.

Sin embargo, mi relación no terminó por alguien de afuera, el problema estaba adentro. Yo lo daba todo y el solo recibía.

Me di cuenta de que no puede existir una vida en pareja, si uno de los dos no está dispuesto a trabajar en ella.

*Es momento de que te des cuenta de que esa relación no te está haciendo nada bien y si sientes que esto te pasa, debes ponerle un alto y encontrar lo que necesitas.

Mereces un amor que te lo de todo, te hace seguir protegida y amada. ¡No lo olvides!

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