Tengo más de 30 años, si veo hacia atrás y redondeo los números, llevo 20 años en esto de las «relaciones amorosas», por supuesto, han habido experiencias únicas y mágicas, mientras que también he tenido decepciones muy amargas.
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Ante esto, he tenido días de reflexión pues estoy en una etapa de mi vida en la que desde hace tiempo he dejado de ver atrás con nostalgia para entender mi pasado como algo que me hará ser mejor y evitar errores.
Así que llegué a varias conclusiones acerca de las que llamo «leyes», leyes del amor que me hubiera gustado saber antes de vivirlas en carne propia, antes de esas noches de lágrimas y desencanto, antes de sentir una decepción profunda por personas que no supieron amarme porque yo tampoco me amé enfrente de ellas.
Así que, te las comparto, quizá con un poco de suerte podrás sentirte identificada y sabrás que en efecto, nunca estuviste sola pues alguien que hoy conoces por sus letras, estaba atravesando lo mismo que tú.
1. Si no lo amas, no estés con él.
Mi primera ley la entendí aplicada en mí, yo tuve que lastimar a alguien para entender que, cuando no sientes amor lo mejor es no estar con esa persona, pues si falta esa «chispa», no habrá medio para «construirla».
El amor nace, es espontáneo, aparece y se da a notar. Quizá quieras mucho a alguien, la pases genial a su lado pero si no hay amor, se siente y no lo podrás esconder. Yo no lo amé y pensé que estando a su lado el amor nacería, no fue así, no se apareció mágicamente.
2. El amor y la violencia no van juntos.
Un capítulo de mi pasado me enseñó a la mala que quien te levanta la mano, no te ama. ¡Corre! ¡Déjalo! ¡Aléjate! Ahí no hay nada bueno, no habrá nada bueno.
3. Si el vicio puede más que la ilusión, el amor no trascenderá.
Conocí a alguien que tenía un vicio al que sólo se entregaba los fines de semana, de lunes a viernes éramos la pareja más feliz, nunca entendí la bomba de tiempo que tenía tomada de la mano.
Lo quise mucho, pero la incertidumbre terminó a tiempo nuestro sendero, no resistí no saber de él e imaginarlo en quién sabe dónde, haciendo quién sabe qué, metiéndose quién sabe qué…
4. Cuando el río suena es porque agua lleva o… ¡tú eres la otra!
Mis amigos me decían que después de verme a mí, iba a casa de su «novia».. En los tiempos de los «frees», las mentiras no pararon. Yo decidí salir con él pues me gustaba su compañía y él juraba que ya había terminado con su novia… Nunca fue así, me convertí en la otra.
5. Hay cosas que no debes permitir.
Cuando estamos enamoradas podemos tolerar ciertas cosas, pero todas tenemos algo que nadie, sí, NADIE, debe de tocar, eso para mí es mi familia, y la persona que más había amado hasta ese momento, se metió con lo único que no debía meterse, ellos, mi familia.
6. No te ames menos de lo que amas al otro.
Esto se relaciona con el anterior, comprendí la importancia de poner límites, porque antes de tocar a mi familia, yo debí amarme más a mí, de ser así, no hubiéramos durado tanto y no hubiera pasado el caos con el que acabó todo.
7. No puedes dejar de ser tú, nunca.
Cuando te orillan a hacer cosas que no quieres o dejes de hacer cosas que te hacen feliz, algo está mal, no subestimes este hecho, por mucho amor que te den a cambio, no puedes dejar de ser tú, nunca.
8. Si alguien duda entre tú y otra, lo puede llamar: crisis existencial.
Me dijo: «tengo una crisis existencial», una semana después estaba subiendo fotos a Facebook con otra mujer a la que le escribía TE AMO… a mí me pidió tiempo para poner en orden su «mente» pero el problema era en su corazón.
Se le olvidó decirme que ya no quería estar conmigo y dejó que una red social me diera la noticia.
A veces las personas no son capaces de decir en voz alta que no nos quieren, ¡qué cobardía!
9. Si no está seguro de quererte, tendrá que perderte para darse cuenta de que sí te quería.
Indecisos, aquellos hombres que no se animan a concretar algo porque no saben qué pueda pasar (¡cómo si todas las parejas lo supieran!).
Este caso empeora cuando tuvieron que perderte para darse cuenta de que sí te querían, que en verdad eras la luz de sus ojos o cosas por el estilo…¿Otra lección? Una vez que me quiso de vuelta yo ya no quise regresar.
10. Necesitarás estar sola para tomar mejores decisiones.
Cuando todo sea demasiado y no puedas sentirte en paz contigo, lo que estás necesitando es estar sola, toma un año, descansa de las relaciones amorosas, cultívate, ámate, recuerda todo lo que ERES e implica tu compañía.
Será la mejor forma de sanar y dejar atrás todo.
11. Llegará en su momento y deberás volver a confiar.
Después de algunas experiencias en las que te lastimaron no te quedará de otra más que aventurarte una vez más y lo más importante, deberás de volver a confiar, deberás de volver a creer, de lo contrario, no resultará.
12. No te hagas daño, todo el amor que te des es el que recibirás.
Por supuesto que sin soberbia, pero es una realidad que, mientras más te ames, tus parejas encontrarán más qué amar y respetar de ti.
El amor es un misterio, pero vale la pena arriesgare a él en compañía de alguien.