Mi ex me invitó a su boda y esto aprendí de su “amor”
Mi fin de semana parecía ser perfecto, pues había terminado mis pendientes, me disponía a descansar y ver Netflix. El plan perfecto si me lo preguntan.
Sin embargo, todo se arruinó cuando mi teléfono comenzó a sonar, era un grupo de WhatsApp de la universidad, mi ex inició la conversación, por lo que decidí botar el teléfono a la cama.
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Seguí viendo la película hasta que empezó a sonar más y más. Él estaba anunciando que se casaría en Junio (con la mujer que me fue infiel) y que estábamos invitados. TODOS.
En ese mo mento entré en shock y no quise escribir nada, para rematar él me escribió en privado y me reafirmaba que estaba súper invitada, pues lo nuestro ya había sido y que era la ocasión perfecta para “limar asperezas”.
Shutterstock / maxbelchenko
¡No lo podía creer! En primera porque se me hacía muy tonto que me invitará a mí, su ex. Segundo no terminamos nada bien y tercero sentí que solo lo hizo para lastimarme.
Después de reflexionarlo un poco y dejarlo en visto, le contesté que “checaré mi agenda y la de mi novio”, el cual no tengo.
Sin embargo, no quería que se diera cuenta de que aún seguía herida. Después de hablarlo con mi amiga y reflexionarlo un poco aprendí mucho de esa “relación” y más de esta situación.
Por esto, he decidió escribir esto, por si tú estás pasando por lo mismo:
5 cosas que aprendí cuando mi ex me invitó a su boda
1. Él era un idiota.
No solo lo era, con el tiempo ha ganado más idiotez. Él sabía perfectamente que no debía invitarme y no lo digo por mí, sino por respeto a su pareja, pues ella me conocía y sabía nuestra historia.
Obviamente no iré, pero ¿qué tal si mi maldad me impulsará a ir y arruinar el “bonito evento”?
Él solo quería demostrarse de alguna manera que yo perdí y que aún tenía cierto poder ante mí. ¡Iluso!
2. Nunca supo lo que quería (o a quien).
Siempre he creído que cuando eres inmensamente feliz no tienes tiempo de publicarlo en FB ni gritarlo a los 4 vientos, simplemente se te nota.
Y cuando mi ex me invitó a su boda me dejo muy claro que nunca supo lo que quería. Ni con ella ni conmigo, simplemente quería demostrar que estaba bien, pero nunca trabajó para estarlo de verdad.
3. Algunas personas son malévolas.
En el mundo hay mucha gente cruel, cuyo único propósito en la vida es verte sufrir. Y a pesar de que les demos todo el amor del mundo, nunca cambiarán.
4. Siempre iba a doler.
No lo voy a negar, la noticia fue como si me cayera un balde de agua helada, la cuál me congeló el corazón, pero me hizo despertar.
Sí, lo amé demasiado en su momento, fue una persona importante en vida, tanto que dejó una huella memorable.
Me sentí herida al saber que nunca sintió lo mismo que yo. Pero también me recordé que merecía algo mejor, sí me dolió, aunque ya no era relevante en mi vida.
5. Estaba mejor sin él.
Su falta de amor, cariño, atención y respeto terminó con todo lo bonito que sentía por él. Desde que no estaba con esa persona era más feliz, estaba en paz conmigo misma y me iba mejor en la vida.
Dejar de aferrarme a su amor mediocre me dio más.
Y si tú estás pasando por esto, debes saber que siempre vendrá alguien mejor y que mereces todo lo bonito de este mundo.
No permitas que alguien inseguro te mueva el piso y te haga tropezar, pues estás mejor sin él.
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