Así es, el amor que das, se te regresa, y sólo tú sabrás si eso te da miedo o paz y felicidad. Esto va más allá del karma o del bien y del mal.
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El amor que das, se te regresa, tu sabrás si eso te da miedo o paz
Esta idea puede tener dos formas de entenderse y las dos tienen mucho sentido.
La primera es la obvia, el amor que das se te regresa, a veces, no de forma inmediata o no de la persona que esperamos, pero a final de cuentas, regresa.
Si supimos amar, nos llegará alguien que nos ame para bien, pero si no supimos amar, en algún momento de nuestra vida viviremos lo mismo.
Es como pensar que si le rompes el corazón a una persona, el karma hará que otra persona te lo rompa a ti. Sí, puede ser.
Es como también se dice, «se cosecha lo que se siembra» y si poner semillas de amor, en algún momento ese amor regresará a ti.
Sin embargo, hay otro enfoque de: «El amor que das, se te regresa»
El amor que das se te regresa, es decir, te encuentra porque el amor que das es el amor que te permites sentir.
Más allá de si la otra persona lo recibe o lo valora, lo que damos, nos lo regalamos.
Cuando es amor desinteresado, nos permitimos expresar nuestro cariño, es conocernos cuando algo nos interesa, saber hasta donde podemos actuar y todo lo que podemos hacer sin esperar nada a cambio.
Así que, la próxima vez que tengas la oportunidad de dar amor o de tener en tus manos la confianza o el amor de otra persona, piensa bien qué es lo que vas a hacer y cómo actuarás.
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