Una vez leí en Instagram la frase “donde no pidas nada y te den todo ahí es”, y la verdad es que tiene mucha razón.
Cuando el amor es real, sincero y honesto, lo entregas todo. Das lo mejor de ti para que tu pareja sea feliz, pero también para que la relación progrese.
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Te esfuerzas en sacar lo mejor de ti, trabajas en ti, por ti y para ti. Y así puedes brindarle lo mejor a esa persona que te ama.
Y aunque muchos crean que al decir: donde no pidas nada y te den todo, ahí es, es un acto egoísta, no es así. Lo dices porque estás cansada de migajas y siempre lo has dado todo.
Donde no pidas nada y te den todo, ahí es
El amor es reciprocidad, paz, confianza, apoyo, cariño, pasión y respeto.
Donde te brinden todo eso sin pedirlo, estás con la persona correcta, sus atenciones, detalles y muestras de afecto te estás diciendo que te quieren para siempre y no para un raro.
En el amor debes dar el 100% para recibir ese mismo 100%. Sí se vale dar 50 y 50 para complementarse y apoyarse.
Pero deja de dar un 70% o hasta el 100, cuando solo recibes un 30% y eso por exigencia o lastima.
Quien te ame debe hacerlo en las buenas, malas y peores. Quedarse a tu lado para luchar ante los problemas y no que huya cuando se hagan presente.
No permitas que un mal amor te haga pensar que no mereces lo mejor, porque sí tu eres leal, amorosa, respetuosa y valiente, mereces un amor increíble y maravilloso.
Tampoco te conformes con alguien que te prometa que te lo dará todo, porque una cosa es decir y otra hacerlo.
Si te ama de verdad, te lo dará todo y no tendrás necesidad de exigirlo o mencionar que lo necesitas, porque si te quiere te conocerá de verdad.
No pidas nada, pero dalo todo
Es importante recalcar que un buen amor no pide nada, lo da todo para recibir exactamente lo mismo.
Incluso, si lo pide lo hace con respeto, no lo exige. Porque si tiene que hacerlo necesita entender que no es lo que estaba buscando.
El amor no es un acto egoísta, sino de reciprocidad. No pidas nada, pero dalo todo.
Y si no recibes lo mismo, es momento de buscar a alguien que sí te valore y te dé lo que mereces.
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